Moscú. Decenas de miles de personas –no menos de 200 mil, según varias estimaciones, y quizá más que la semana anterior, cuando tuvo lugar la mayor protesta de la historia post-soviética de Bielorrusia– volvieron a llenar ayer las calles de Minsk, sin contar los miles que se manifestaron en numerosas ciudades y localidades del vecino país eslavo, para exigir la dimisión del presidente Aleksandr Lukashenko y la convocatoria de nuevas elecciones.
Mientras, el repudiado gobernante no se da por enterado y, divorciado de la realidad, trata de minimizar la magnitud del rechazo a lo que muchos de sus compatriotas consideran fraudulenta sexta relección del 9 de agosto.
Lukashenko ordenó el pasado sábado redoblar la represión, en particular, fincar responsabilidades penales contra los líderes de la revuelta (miembros del Consejo de Coordinación de la sociedad civil que se creó para la transferencia pacífica del poder) y cerrar las empresas y fábricas que se declararon en huelga
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Detienen en #Minsk a dos miembros del comité coordinador opositor
— DW Español (@dw_espanol) August 24, 2020
Olga Kovalkova y Serguéi Dilevski fueron arrestados en la entrada de la planta de tractores de Minsk, cuyos trabajadores se han declarado en huelga en solidaridad con la oposición bielorrusa. #DWNoticias /e pic.twitter.com/ul03oPNPN8
Sin embargo, nadie se amedrentó y la respuesta multitudinaria de la gente, ayer, paralizó a las unidades antidisturbios desplegadas por la ciudad de Minsk que, sobre todo, protegieron los accesos a la residencia presidencial pero no dispersaron a los inconformes.
Lukashenko, en una imagen digna de película hollywoodesca, llegó a su residencia en helicóptero –del cual bajó con chaleco antibalas y fusil automático en mano, rodeado de numerosos guardaespaldas y de su hijo Nikolai, de 16 años, con casco y ametralladora– preparado para defenderse de lo que llama un grupúsculo de revoltosos, financiados y manejados desde Occidente, que está desestabilizando la situación
.
La agencia de noticias Belta, que depende de Lukashenko, difundió el video, donde se ve al presidente preguntar ¿dónde están? (los inconformes)
. Y se responde satisfecho: Huyeron como ratas
, al tiempo que no lejos de su residencia miles de personas gritaban vete ya
.
Ese grupúsculo
que dice Luka-shenko, el Consejo de Coordinación, formado por la crema y nata de la sociedad bielorrusa, se creó para garantizar la transición política y no está de acuerdo con que se le identifique sólo como oposición: somos mayoría
, reviran.
El Consejo exige celebrar un referendo para restablecer la Constitución de 1994, que marca el sufragio efectivo y la no relección que abolió Lukashenko, de acuerdo con uno de sus integrantes, Pavel Latushko, ex ministro de Cultura de Bielorrusia.