Hay un uso irracional de herbicidas, y tenemos que proponer alternativas seguras para los cultivos, porque las hay, sostuvo Ricardo Ortiz Conde, director general de Gestión Integral de Materiales y Actividades Riesgosas de la Semarnat.
En un webinario organizado por la dependencia, en el que agricultores de diversas regiones de México y Latinoamérica expusieron que han sustituido el uso de herbicidas químicos como el glifosato por sistemas de cultivo no centrados en los monocultivos agroindustriales, Ortiz Conde señaló que en el país más de 30 cultivos utilizan herbicidas con base en glifosato y la Cofepris tiene 164 registros sanitarios vigentes para esta sustancia. Datos de este año, agregó, indican que el principal uso que se da a los herbicidas en México está en los procesos de presiembra y mantenimiento de huertos.
El 35 por ciento del glifosato se usa en el maíz, 14 por ciento en los cítricos, mientras que cultivos como el algodón, el aguacate, el nopal y la caña, usan menos de 5 por ciento o el 1 por ciento. Es falso que en todos los cultivos se use glifosato. Hay unos pocos que lo emplean mucho, pero en la mayoría el uso es muy bajo
, expuso.
Señaló que existe evidencia científica de que se trata de una sustancia nociva para la salud y el medio ambiente, consideró que la estrategia de la Semarnat para la prohibición del uso de glifosato es un hito en la generación de políticas públicas en el país.
Fernando Bejarano González, de la Red de Acción sobre Plaguicidas y Alternativas en México (Rapam), señaló que la acción del Estado para poner límites al mercado de herbicidas representa un gran reto, porque el marco jurídico está diseñado para que el mercado tome las decisiones. Las cúpulas empresariales han desatado una ofensiva malinformando respecto a que no hay alternativas al glifosato y que prohibirlo representa una tragedia para la agricultura nacional. Hay productores comerciales que han dejado de usarlo con éxito
.
Gisela Illescas Palma, de la cooperativa Campesinos en la lucha
, de Veracruz, e integrante de la Red de Agroecología Alimentaria, señaló que la agricultura libre de herbicidas como el glifosato les ha permitido la preservación del territorio, el fortalecimiento de servicios ambientales y el desarrollo económico de las familias productoras.