Lisboa. Un genio con el balón en los pies frente a un artillero con una inigualable facilidad para el gol: el enfrentamiento Bayern-PSG en la final de la Liga de Campeones el domingo (19:00 GMT) opondrá a Neymar con Robert Lewandowski, los dos candidatos al título honorífico de mejor jugador del planeta futbol.
Neymar, el momento de la consagración
Solo le falta marcar un gol para redondear una Final 8 perfecta.
Regates imposibles, túneles, disparos desde cualquier posición... A los 28 años, Neymar está en camino de firmar la obra maestra de su carrera, pese a las múltiples ocasiones falladas contra la Atalanta (2-1) y el RB Leipzig (3-0).
Una revancha para el N.10 brasileño, que ha sufrido severas lesiones en el pie derecho estas dos últimas temporadas que le impidieron justificar su estatus de jugador más caro de la historia (222 millones de euros) en las grandes citas europeas del PSG.
"Con su calidad, su confianza y su talento va a recuperar la precisión, estoy seguro de ello. Yo no puedo hacer nada", bromeó su entrenador, Thomas Tuchel, tras el pase a la final. "¿Qué puedo decirle a Neymar para que marque un gol? ¡Debo haber marcado dos en mi carrera (risas)!".
"Es un jugador excepcional, es muy, muy fuerte. Tiene verdaderamente la mentalidad y el hambre de ganar, de demostrar que es capaz de ser el mejor jugador del mundo y que es capaz de tirar de este equipo con Kylian (Mbappé)", añadió. "Si marca durante la final estaré muy contento".
Aunque en 2020 no se entregará el Balón de Oro, el más prestigioso de los premios individuales, por la pandemia de coronavirus, su compañero Kylian Mbappé, que también aspira a ganarlo un día, está convencido de que será reconocido como el mejor futbolista de la temporada en caso de ganar el domingo.
"Creo que, naturalmente, está destinado a ganar este tipo de trofeos. Espero que gane, eso querrá decir que ganaremos la Liga de Campeones", declaró el prodigio francés el pasado martes.
Lewandowski, el rey de los goleadores
Su rival polaco Robert Lewandowski (32 años) sueña también, desde hace mucho tiempo, con ser designado mejor jugador del mundo. Pero hasta ahora se ha topado con sus propios límites.
Desde su histórico póker en las semifinales de la Champions de 2013 contra el Real Madrid vistiendo la camiseta del Borussia Dortmund, nunca había sido, hasta este año, decisivo en los encuentros de eliminación directa.
Hasta hoy, de los 68 goles que ha marcado en la máxima competición continental (cuarto jugador de todos los tiempos por detrás de Cristiano Ronaldo, Lionel Messi y Raúl), solo 12 de ellos fueron a partir de cuartos de final. Ronaldo, por ejemplo, ha añadido 40 dianas en esas alturas de la competición.
Por tanto, sus cinco títulos de máximo goleador de la Bundesliga y los dos de máximo goleador de la fase de grupos de la Champions no han contado apenas en la balanza. Lo que el polaco no siempre ha entendido: en 2016 terminó 16º en una clasificación del Balón de Oro dominada por Ronaldo y expresó su frustración en Twitter con una línea de emojis riendo hasta llorar, antes de considerar el galardón de France Football un "cabaré".
Su presidente, Karl-Heinz Rummenigge, lleva años asegurando que es "el mejor centro delantero del mundo". "Está haciendo quizá la mejor temporada de su carrera", dijo en Lisboa el dirigente del Bayern, "habría merecido el Balón de Oro".
Este año fue él quien se encargó de eliminar al Chelsea en octavos, al participar en los siete goles del Bayern en la eliminatoria (3-0, 4-1), con tres dianas y cuatro asistencias.
Frente al Barcelona y el Lyon, mejoró sus estadísticas sin ser el encargado de abrir la lata, marcando el 6º tanto contra el Barça (8-2) y el tercero a los franceses (3-0).
Con 15 goles en esta Champions, solo está a dos del récord de Cristiano Ronaldo. Pero con un déficit de notoriedad con respecto a Neymar, este completo deportista deberá, como mínimo, anotar ese doblete al PSG. Para levantar la Orejona y convencer, finalmente, que es el incontestable número 1.