Ciudad de México. Como parte de la serie Materiales alternos en tiempos de cuarentena, de la Dirección de Teatro de la UNAM, el Carro de Comedias presentó la noche del viernes de manera digital un ejercicio escénico que permitió al espectador adentrarse a las entrañas del hecho teatral y conocer cómo se cocina un montaje.
Ese trabajo consistió en un ensayo virtual –grabado de forma previa-- de un fragmento de la obra Sendebar: la cruzada de una fémina ilustrada, cuyo estreno fue impedido por la pandemia del nuevo coronavirus y que será puesta en escena de forma presencial en cuanto las condiciones de salud lo permitan, según anunció la coordinadora de la agrupación universitaria, Rebeca Bravo.
Transmitida por Youtube (donde el video se mantiene en la dirección www.youtube.com/watch?v=TvuakuqKvkc&t=2067s), la sesión fue realizada mediante la plataforma digital Zoom y contó con la participación de los nueve actores del elenco y la directora de la obra, Mariana Hartasánchez, quienes hicieron la lectura escénica de Panes, uno de los cuentos del Sendebar.
Como parte del ensayo, los actores compartieron una serie de datos curiosos sobre la Edad Media, época a la que se remonta la traducción de la obra literaria en la que está inspirada la puesta en escena, ya que el Sendebar, llamado también Syntipas o Libro de los engaños de las mujeres, fue traducido del árabe al castellano en el siglo XIII.
Entre otros datos, hablaron de cómo los hábitos de higiene eran muy escasos en aquellos años; por ejemplo, los nobles comían con sombrero para evitar que los piojos y liendres cayeran a los platos, además de que se colocaba un recipiente especial en la mesa por si un bicho caía en la comida pudieran escupirlo allí.
Más relacionado con el tema del fragmento de la obra en cuestión, recordaron el origen del pan, en Egipto, y resaltaron la importancia social de los panaderos en la Edad Media, los cuales gozaban de un alto estatus entre la población y cuyos conocimientos eran heredados de padres a hijos.
Con media hora de duración, el ensayo transcurrió de manera armónica entre las indicaciones de la directora sobre las gestualidades y entonaciones de los diálogos y los juegos y bromas de los actores, a quienes se les pidió dar vuelta al sentido escatológico del texto, pues Panes, advirtieron, “no es un cuento para personas de estómago débil”.
En él se relata la historia de una mujer que vendía un pan tan delicioso que un mercader enviaba sin falta diario a su mozo para que le comprara. Un día ella dejó de vender, tras lo cual el mercader solicitó poder tener la receta del placentero bocado, encontrándose con un gran secreto entre los ingredientes.
Al término del ensayo, se realizó un conversatorio en el que Mariana Hartasánchez explicó que este montaje busca “darle la vuelta” al sentido misógino y machista de aquella obra literaria medieval y reinterpretar sus cuentos bajo una tónica feminista.