Ciudad de México. Además de la reducción de precios del etanol en favor de la empresa Braskem (filial de Odebrecht), a sabiendas de que Petróleos Mexicanos (Pemex) resultaría afectada, durante el gobierno de Felipe Calderón la compañía sudamericana obtuvo préstamos por 400 millones de dólares a través de Nacional Financiera (Nafin) y el Banco Nacional de Comercio Exterior (Bancomext), que sirvieron para afianzar la inversión que la constructora realizaría en Etileno XXI, señala la denuncia presentada por Emilio Lozoya Austin, ex director de la petrolera mexicana, ante la Fiscalía General de la República (FGR).
El ex funcionario refiere que le llamaba la atención saber qué tenían el entonces presidente Enrique Peña Nieto y su secretario de Hacienda, Luis Videgaray, en cuanto a la negociación de Pemex con Braskem, cuando en términos de importancia para la empresa del Estado no representaba ni siquiera 0.5 por ciento de la totalidad del presupuesto anual de inversiones
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En la página 46 del documento señala que Nafin prestó (a Braskem) 280 millones de dólares y Bancomext otros 120 millones
, y agregó que además de esos créditos es de dominio público que el Banco Interamericano de Desarrollo le concedió un crédito de hasta 600 millones de dólares
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Menciona que quienes lo sucedieron al frente de la petrolera mexicana decidieron detener el programa de combate al robo de combustibles, lo que generó un incremento de 150 por ciento en la sustracción ilegal de hidrocarburos en el último trienio del gobierno de Peña Nieto.
En su denuncia, Lozoya Austin –quien fue vinculado a dos procesos penales– señala: “tengo muy claro que durante el tiempo que ocupé el cargo de director general de Pemex, el presidente de la República (Enrique Peña Nieto) y el secretario de Hacienda (Luis Videgaray Caso) me instrumentaron para configurar una asociación de corte delictivo, dirigida a enriquecerse no sólo del fraude y el engaño –como el caso de la denominada estafa maestra (sic)–, sino contraer deudas a cargo del erario y aprovecharse económicamente de esto en perjuicio de la nación.
Todo ello, abusando de la autoridad que les concedían los cargos que ocupaban, ejerciendo indebidamente las responsabilidades que el pueblo de México les otorgó y, mediante el tráfico de influencias que ejercían sobre el resto de los miembros del régimen, traicionar a México.
En la página 52 del escrito, menciona: “en general, lo que puedo referir como director general de Pemex, mi primer cargo público relevante en el país, es que Enrique Peña Nieto y Luis Videgaray Caso crearon un esquema de corrupción en el gobierno federal, en el cual el común denominador era el siguiente: todas las personas que de cierto modo apoyaron en la campaña presidencial tenían que ser remuneradas o compensadas. La forma en cómo eran recompensados, era dándoles contratos diversos, de proveduría de insumos, de adquisición de empresas o inmuebles, para que estas personas se beneficiaran.
En ocasiones, después de dichas operaciones, debían devolver dinero para beneficio de futuras campañas electorales del PRI o bien para beneficio propio de Peña Nieto y Videgaray Caso u otros, como en el caso de Odebrecht.