Fráncfort. En Alemania, el debate sobre la reducción de la semana laboral a cuatro días como remedio para mantener el empleo durante y después la crisis generada por la pandemia de coronavirus está sobre la mesa y amenaza con convertirse en asunto electoral para los comicios de 2021.
El presidente del influyente sindicato de los obreros metalúrgicos IG Metall, Jörg Hofmann, acaba de relanzar el debate nacional al proponer que se instaure la semana de cuatro días para salvaguardar el empleo, en un momento en que se dispara el desempleo, al igual que en el resto del mundo.
El ministro de Trabajo, el socialdemócrata Hubertus Heil, dijo el miércoles al grupo de prensa regional Funke que "un tiempo de trabajo reducido con una compensación salarial parcial puede ser una medida apropiada".
La idea de partida es que al trabajar menos, se podrán compartir los empleos, que tienden a reducirse.
'Respuesta a los cambios'
Una medida de este tipo sería una "respuesta a los cambios estructurales en sectores como la industria automovilística", que se enfrenta al desafío del coche eléctrico, así como a la "aceleración digital por la pandemia", arguye el patrón de IG Metall en el diario Süddeutsche Zeitung.
También aboga por "cierta compensación" de los empleadores con los empleados, para no causar una pérdida importante del poder de compra.
No es la primera batalla que libra IG Metall por el tiempo de trabajo. En 1995, logró imponer las 35 horas semanales en la industria y en 2018 consiguió que los trabajadores puedan trabajar 28 horas por semana durante dos años, con una pérdida de salario limitada.
Su última propuesta la apoya el 60% de los alemanes, según una encuesta de Yougov publicada el miércoles.
El partido de extrema izquierda Die Linke incluso defiende una "reducción general de la duración del tiempo de trabajo a 30 horas" sin pérdida salarial.