Nueva York. El ex asesor del presidente Donald Trump, Steve Bannon, fue sacado de un yate y arrestado el jueves debido a acusaciones de que él y otras tres personas se apropiaron de dinero de donantes que intentaban financiar la construcción del muro en la frontera sur de Estados Unidos, convirtiéndose en el último de una larga lista de aliados del mandatario imputados de algún delito.
Los organizadores del grupo “We Build The Wall” (Construimos el Muro) se decían deseosos de ayudar al presidente a construir una barrera “grande y bella” en la frontera con México, como Trump había prometido durante su campaña en 2016. Recaudaron más de 25 millones de dólares de miles de donantes y se comprometieron a que el 100 por ciento del dinero se utilizaría en el proyecto.
Pero de acuerdo con los cargos penales hechos públicos el jueves, gran parte del dinero fue a dar a los bolsillos de los miembros del grupo, entre ellos Bannon, que trabajó con Trump en la Casa Blanca y durante la campaña. Supuestamente, Bannon se embolsó 1 millón de dólares, de los que utilizó una parte para pagar en secreto al coacusado Brian Kolfage, fundador del proyecto, y para cubrir gastos personales por cientos de miles de dólares.
Horas después de su arresto, Bannon se declaró inocente durante una comparecencia ante una corte federal en Manhattan. Bannon se convirtió en el personaje más reciente que se suma a una lista asombrosamente larga de asociados de Trump que han ido a juicio, entre ellos su ex director de campaña, Paul Manafort, al que Bannon reemplazó, su abogado Michael Cohen, y su ex asesor de seguridad nacional, Michael Flynn.
Trump también ha dejado claro que está dispuesto a utilizar su autoridad casi ilimitada para conceder perdones a fin de ayudar a sus aliados políticos a escapar de situaciones jurídicas riesgosas. En su más reciente acción de este tipo, Trump conmutó la sentencia a su asesor político Roger Stone.
Bannon fue detenido a las 7 de la mañana por el servicio de inspección postal a bordo de un lujoso yate de 45 metros (150 pies) de eslora llamado Lady May, que se encontraba frente a la costa de Connecticut, dijeron las autoridades. La embarcación es propiedad del multimillonario chino exiliado Guo Wengui y está a la venta por casi 28 millones de dólares. Según Marine Traffic, un servicio comercial de rastreo, la señal del transpondedor del yate desapareció el 17 de junio, poco después de que zarpara de un puerto en Connecticut hacia Miami, lo que posiblemente indicaba que su baliza no funcionaba o fue apagada.
En su audiencia del jueves, Bannon fue presentado con las manos esposadas por delante y una mascarilla blanca que le cubría la mayor parte de la cara. Se mecía hacia adelante y hacia atrás en una silla en una celda desde donde compareció mediante video con sus abogados al teléfono. El juez magistrado autorizó que Bannon fuera puesto en libertad mediante una fianza de cinco millones de dólares, garantizada con bienes por 1,75 millones de dólares.
Ni Bannon, ni su portavoz ni su abogado habían respondido el jueves a solicitudes para que hicieran declaraciones. Kolfage no respondió tampoco. Los otros acusados son Andrew Badolato y Timothy Shea, este último propietario de una compañía de bebidas energéticas llamada Winning Energy. Las latas de la bebida tienen la imagen caricaturizada de Trump como superhéroe y afirman contener “12 onzas de lágrimas liberales”. Shea compareció de manera virtual en Denver.
Otros miembros prominentes del grupo incluyen al ex secretario de Estado de Kansas, Kris Kobach, quien fungía como abogado general del grupo; Erik Prince, fundador de la controvertida firma de seguridad Blackwater; el ex representante republicano Tom Tancredo, de Colorado; y el ex lanzador de las grandes ligas, Curtis Schilling. Ninguno de ellos está nombrados en la acusación formal.
Después del arresto, Trump se distanció rápidamente de Bannon y el proyecto.
“Cuando leí de ello, no me gustó. Dije: esto es para el gobierno, no para particulares. Y me sonó a fanfarronería”, declaró Trump a la prensa en la Casa Blanca, y agregó que se sintió “muy mal” por esa situación.
Un plan de inmigración que Trump reveló el año pasado incluía una propuesta para permitir al público hacer donaciones para su muro, como el grupo de Kolfage había dicho originalmente era su misión antes de cambiarlo a la construcción privada de su propio muro. Sin embargo, Trump denunció después públicamente el proyecto, y tuiteó el mes pasado que “estaba en desacuerdo con que se hiciera esta sección muy pequeña del muro en una zona complicada por parte de un grupo privado que recaudó dinero mediante anuncios” y señaló que “se hizo sólo para hacerme quedar mal”.
El secretario de Justicia William Barr dijo a The Associated Press que había estado al tanto de la investigación sobre Bannon durante meses, pero no dijo si el presidente había sido informado.