Londres. Frente a las protestas de alumnos aplazados el gobierno británico dio marcha atrás en el cambio que había efectuado al sistema de evaluación de los alumnos, tras la anulación de los exámenes finales por la pandemia de coronavirus.
El gobierno británico estaba en el ojo del huracán a causa de los resultados considerados injustos y que se basaban en un algoritmo.
Unos 300 mil estudiantes fueron exceptuados de las pruebas finales y recibieron sus resultados el jueves, sobre la base de la evaluación de sus profesores.
Pero esos resultados fueron corregidos por un organismo independiente que utilizó criterios estadísticos para lograr una aproximación a los exámenes de años anteriores.
Resultado: casi el 40% de las notas brindadas por los profesores se redujeron, sobre todo en los barrios de menores ingresos.
Al ver su acceso a la universidad cuestionado o frustrado, los estudiantes protestaron durante el fin de semana, con pancartas que proclamaban "Algoritmo de mierda" y "Confíen en nuestros maestros".
Ministro de Educación se excusa
"Comprendemos que fue difícil para los estudiantes recibir la semana pasada resultados de exámenes que nunca presentaron", reconoció el presidente del organismo independiente que revisó las notas, Ofqual, Roger Taylor, en un comunicado.
"Tras reflexión, decidimos (...) acordar la evaluación con base en lo que los maestros presentaron", agregó.
El ministro de Educación, Gavin Williamson, quien había afirmado que el gobierno no cambiaría de sistema, presentó sus excusas.
Con el cambio que el gobierno quiso aplicar había quienes perdían "la posibilidad de estudiar en universidades como Oxford y Cambridge, de hacer medicina", señalaba antes del cambio Jolyon Maugham, abogada británica que dirige The Good Law project.
"No es la consecuencia de sus acciones, sino la aplicación irreflexiva e imprudente de un algoritmo diseñado para no verse desbordados por la inflación de las notas", añadía.
El proyecto Good Law, al igual que el gabinete jurídico Leigh Day, amenazaba con demandar al gobierno británico en caso de no revertir su decisión.