Moscú. La capital de Bielorrusia, Minsk, se convirtió ayer en escenario de un mitin que reunió al menos a 200 mil personas que pidieron la dimisión de quien ha sido, desde 1994, su invariable líder, Aleksandr Luka-shenko, en lo que los observadores califican de la protesta más numerosa de la historia postsoviética de este pequeño país eslavo.
El día comenzó con un mitin de apoyo al mandatario, organizado por las autoridades con los recursos todavía a su alcance (las empresas públicas son 70 por ciento de la economía bielorrusa): miles de acarreados desde varias ciudades –el propio Lukashenko estimó que asistieron 50 mil seguidores suyos–, entre jubilados, soldados de civil y trabajadores bajo la amenaza de perder subsidios o el empleo en caso de no asistir, según numerosos testimonios.
Lukashenko –acompañado de su hijo Nikolai, de quien ha llegado a decir que le gustaría que algún día fuera su sucesor– agradeció las muestras de respaldo y dedicó la media hora que duró su discurso a advertir que Bielorrusia le debe todo y que sin él desaparecerá como Estado soberano, ante la agresividad de sus vecinos, Ucrania y varios países de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, que exigen a Bielorrusia repetir los comicios, lo cual él de ningún modo acepta por, sostiene, haberlos ganado sin trampas.
#Bielorrusia pide cambios
— DW Español (@dw_espanol) August 17, 2020
Cientos de miles se manifestaron en las calles de las principales ciudades pidiendo la dimisión del presidente, Aleksandr #Lukashenko, en el poder desde 1994. La líder opositora, Svetlana #Tikhanovskaya, se ofrece para encabezar la transición. /e pic.twitter.com/OB9td27urC
La inmediata respuesta de la mayoría de los bielorrusos que no temen el despido –muchas empresas del sector público ya se declararon en huelga– y consideran que, después del escandaloso fraude que Lukashenko cometió hace una semana, debe dimitir ya, se dieron cita de manera espontánea en otro mitin, esta vez de rechazo al todavía presidente, que reunió cuatro veces más participantes: al menos 200 mil personas frente a las 50 mil que por la mañana tuvieron que acudir al mitin de apoyo.
¡Vete ya!
, ¡Vivan las mujeres!
(en alusión a Svetlana Tijanovskaya, candidata unificada de la oposición que desconoció la victoria de Luka-shenko, se declaró ganadora y tuvo que exiliarse en Lituania, así como a las miles de mujeres que estos días salieron a protestar), ¡Las mujeres débiles son más fuertes que los tiranos!
y ¡Gloria a Bielorrusia!
, entre otras consignas acompañaron la intervención de María Kolesnikova, quien ejerce de portavoz de Viktor Babariko, candidato presidencial encarcelado, y que forma parte del equipo de Tijanovskaya.
Al terminar el mitin, decenas de miles de inconformes –formando una columna de tres kilómetros de largo– marcharon hacia el centro de Minsk, a la plaza de la Independencia, para reiterar –en otro discurso de Kolesnikova– sus demandas frente a la sede del gobierno bielorruso, la principal de ellas: la renuncia inmediata de Lukashenko.
También exigen la libertad de los presos políticos y de los 4 mil manifestantes que aún permanecen entre rejas, así como castigar a quienes dieron la orden de reprimir a la gente que expresaba de manera pacífica su inconformidad.
Los actos de repudio a Luka-shenko ayer se extendieron por 27 ciudades de Bielorrusia, entre otras Baranovichy, Borisov, Bobruisk, Brest, Gomel, Grodno, Moguiliov, Vitevsk y Zhlovin.