Ciudad de México.La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) colocó sellos de clausura en una zona del paraje Pelagatos, en Milpa Alta, el cual fue reforestado con plantas ornamentales en lugar de especies endémicas.
El 11 de agosto, inspectores de la dependencia acudieron a la zona, perteneciente a los bosques de Santa Ana Tlacotenco, donde prolifera la tala ilegal, a verificar la plantación en terrenos forestales y el tipo de vegetación en torno al lugar, así como los ejemplares reforestados.
Acompañados de comuneros, los inspectores detectaron mil 320 plantas vivas, de entre cinco y siete centímetros de altura, de una especie exótica en una superficie de 105 metros cuadrados, en el terreno donde abundan ejemplares de pino y cedro. Incluso en algunas zonas se encontró remoción de la vegetación forestal a fin de trasplantar esas especies.
Toda vez que nos encontramos ante un caso de plantación con especies exóticas dentro de terrenos forestales que causan daños a la vegetación, en desacato a lo establecido por la normatividad forestal, situación que se acredita fehacientemente con las irregularidades descritas con anterioridad, se impone la clausura del predio y de las actividades de plantación de especies exóticas e introducidas
, se lee en el acta de inspección con número AI0092RN2020, en la cual se incluyeron diversas fotografías de las plantas exóticas y de la clausura de los terrenos.
Los comuneros de la región acusaron que la plantación de esas especies es parte de las labores de reforestación que realizó la Comisión de Recursos Naturales (Corena).
En entrevista, Víctor Jurado, comunero de Santa Ana Tlacotenco, afirmó que esta es una de la tantas irregularidades que han detectado en las jornadas de reforestación.
Dijo que las jornadas se deben realizar con el apoyo de los comuneros y los habitantes, pues son quienes conocen de cerca la zona y sus necesidades.
“Hemos pedido, una y otra vez, que haya un estudio independiente para que no venga sesgado, para que haya recomendaciones claras y se puedan aplicar los recursos.
Pero siguen violentando los derechos de los pueblos originarios; los compañeros conocen el bosque, qué le duele, en qué parajes se requieren ciertas cosas, y ellos llegan como una aplanadora y aplican su política.
Desde hace meses este diario ha documentado la tala clandestina en los bosques de Santa Ana Tlacotenco, y pese a las denuncias de los comuneros, el problema continúa.