Ciudad de México. En el Día de la Juventud Católica Mexicana, que se conmemora hoy, el arzobispo primado de México, Carlos Aguiar Retes, pidió por los jóvenes y los adolescentes “que tanto necesitan de nuestro apoyo para encontrar el camino de la verdad y de la vida”.
En la misa de mediodía que celebró a puerta cerrada en la Basílica de Guadalupe, el cardenal Aguiar Retes dijo que la gran preocupación “son los niños, adolescentes y jóvenes, porque en ellos la fe está todavía en semilla y debe de crecer para que dé fruto y tenemos que atenderlos en todos los ambientes de vida. De ahí que la Iglesia promociona esta pastoral juvenil”.
Indicó que el buen camino para hacer fecundo este trabajo, es también “ponerlos en contacto con realidades muy difíciles pero que nos abren el corazón y nos ayudan a caminar para practicar la misericordia. Debemos ponerlos en conocimiento y en contacto con los necesitados, con los enfermos, con los reclusos, con los indigentes, con los adictos a todo tipo de dependencias esclavizantes”.
La fe, añadió, “es un don, un regalo, pero es una semilla que crece y está en nuestras manos el desarrollarla”.
En tanto, la Arquidiócesis de México, que encabeza el cardenal Aguiar Retes, llamó a acompañar a los familiares de las personas fallecidas por Covid-19, que suman más de 50 mil, “con nuevos modos y ambientes sociales más humanos”.
En la editorial que publica hoy en el semanario Desde la Fe, su órgano de difusión, expuso que no hay duda que la muerte siempre será difícil de asimilar, más cuando se suman variables como el encierro, la inseguridad, el aumento de desempleo, la crisis económica o la incertidumbre ante el futuro.
Señaló que “son ya miles de familias las que han vivido el trance de la muerte en los últimos cinco meses y todas ellas necesitan tanto de la fuerza de la fe, de la profundidad de la esperanza, como de nuestro abrazo, de nuestro amor y cercanía”.
Indicó que la pandemia también ha trastocado lo que tradicionalmente hacemos en torno a un duelo: por medidas sanitarias ha impedido la cercanía con el enfermo, con el agonizante y con quienes viven la muerte de un familiar. “No hay abrazos, no hay presencia física, a veces ni velorio, y el consuelo debe caminar hasta por medios virtuales”.
La Iglesia de la Ciudad de México expuso que en ámbitos civiles se han hecho homenajes y memoriales para recordar a los que han fallecido a causa de la pandemia: es una manera pública de sobrellevar el duelo. “En la Iglesia también han florecido múltiples estrategias creativas para acompañar espiritualmente a los deudos, y todo con un claro objetivo: proclamar que la última palabra no la tiene ni el dolor ni la muerte, sino la esperanza y la vida”.