La decisión de reducir la tasa en medio punto no fue unánime. Uno de los miembros de la junta de gobierno del banco central favorecía una disminución de un cuarto de punto porcentual, expuso la institución en un comunicado con el que dio cuenta de la decisión de política monetaria.

Una baja en la tasa de interés actúa como un incentivo a la actividad económica, al reducir el costo del financiamiento a la inversión, en el caso de las empresas, y del consumo de las familias.

De acuerdo con el Banco de México, en el segundo trimestre del año la economía nacional tuvo una profunda contracción, al acentuarse notoriamente las afectaciones derivadas de la pandemia.

Diversos indicadores señalan que en junio se observó una recuperación a partir de niveles bajos de actividad, en respuesta a la reapertura de algunos sectores, al relajamiento de las restricciones a la movilidad y a cierta recuperación de la demanda externa, si bien se mantiene un entorno de incertidumbre, abundó.

En el ámbito global, expuso, tras las fuertes caídas registradas en marzo y abril, la actividad comenzó a mostrar cierta mejoría en mayo y junio, pero advirtió que las condiciones financieras permanecerán sujetas a la evolución de la pandemia y todavía se enfrenta un riesgo de choques financieros.

En su comunicado sobre política monetaria, el banco central refirió que organismos multilaterales y analistas anticipan una fuerte contracción en este año y un crecimiento moderado en el próximo.

La reducción acordada ayer es la décima desde agosto de 2019. La tasa de referencia acumula, desde entonces, una reducción de 3.75 puntos.

Analistas consideraron que con esta baja, la tasa de interés real, descontando los efectos de la inflación, es ahora de 0.88 por ciento, con lo que el Banco de México tiene ahora la undécima tasa real más alta a nivel global por debajo de Egipto, Malasia, Ucrania, Indonesia, China, Taiwán, Tailandia, Islandia, Sudáfrica e Israel.