Empujar para que las manifestaciones artísticas de los pueblos nativos sigan presentes en museos y galerías, es “lo único que tenemos que hacer”, expresó Carmen Gaitán. La directora del Museo Nacional de Arte (Munal) participó en el conversatorio “La influencia del arte indígena y popular en el arte moderno presente en la colección del Munal”, dentro de la Feria de las Lenguas Indígenas Nacionales.
El museo organizó en 2019 la exposición “Voces de la tierra. Lenguas indígenas” con la idea de que fuera “una plataforma para que los artistas nativos contemporáneos se vieran en este recinto emblemático”. Para la muestra se conformó un discurso para recordar al gran público que en México se sigue hablando 68 lenguas. También para “recordarnos que el movimiento zapatista en 1994 cambió la cartología de México”.
Para esto el museo reunió obras de artistas de su colección que en su momento voltearon sus ojos hacia los pueblos indígenas, con las de artistas contemporáneos. La finalidad de Voces de la tierra fue “crear un espacio de reflexión crítica sobre los procesos históricos por las que la lengua indígena ha atravesado desde el siglo XVI hasta el presente”, apuntó Gaitán.
Juan Gregorio Regino, titular del Instituto Nacional de Lenguas Indígenas, instancia que participó en la exposición Voces de la tierra, señaló que últimamente “el indio deja de ser el objeto y asume ser sujeto, uno que retrata, se reinventa y reimagina su propia realidad. El arte y la cultura vienen de todas partes. Hoy estamos ante un movimiento estético indígena de gran trascendencia, de formas creativas que expresan un gran nivel intelectual y espiritualmente estimulante.
“Este movimiento no pretende romper las ideas dominantes sino salirse de ellas y crear nuevos significados de la vida, trascender las fronteras, crear una nueva consciencia social y planetaria. El arte indígena de hoy tiene gran resonancia en el mundo. El reconocimiento del otro es una de sus principales características, y es donde las artes visuales, la música y la poesía son emblemáticas y eje de este movimiento. Es un arte a la vida”.
Natividad Amador, artista juchiteca quien participó en Voces de la tierra, aseguró que el arte moderno en México, y una parte de lo que es Centroamérica, ha hecho una doble operación que es “rescatar su pasado y construir su presente”. El arte indígena constituye “una vía para transmitir una cosmovisión, una manera de vivir y sentir, a través de sus danzas, textiles, fiestas, peregrinaciones, signos y símbolos”.
Sin embargo, “nosotros que hemos visto y caminado un poco por el arte occidental, decidimos de alguna manera regresar a lo nuestro, para retomar todo lo que es parte de la vida y que nos haga vibrar. Estudié artes plásticas y estuve en busca de algo que tuviera que ver con mis raíces para poderme meter realmente a construir algo. Sigo explorando, esto es un camino muy largo. Uno descubre y convive con nuevos materiales, el entorno cambia y tendremos que retomar de lo que tenemos. Es la vida misma”.
Según Amador los pueblos indígenas, y su arte, “somos como eslabones que fuimos separados en algún momento. Ahorita es tiempo de que estos eslabones se vuelvan a juntar, para ser uno solo”.