Ciudad de México. A pesar de la pandemia, el consumo y producción de alimentos se mantiene en niveles similares a años anteriores, no obstante, los trabajadores que laboran en toda la cadena de producción y distribución del sector agropecuario sí han sufrido los estragos de la emergencia sanitaria, advirtió la Universidad Obrera de México (UOM).
De acuerdo con cifras de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, casi un millón de trabajadores dedicados a la agricultura, ganadería, silvicultura, pesca y caza tienen empleo formal registrado ante el IMSS, entre trabajadores eventuales y permanentes. A la par, el INEGI reporta que más de 5.5 millones de personas se dedican al sector agropecuario.
Las cifras oficiales no reflejan la realidad, explicó Alberto Romero García, Coordinador de vinculación con el medio sindical del instituto, quien apuntó que en México hay casi 34 millones de personas dedicadas a estas actividades, en las que, dijo, se debe tomar en cuentan no sólo a los productores pequeños o grandes, sino también a quienes se laboran en la distribución y venta de alimentos, quienes no están la estadística.
“No se ha visualizado este problema porque sigue abasteciéndose a las ciudades de los productos del campo, y normalmente no nos fijamos en el proceso que tuvo y la situación de quienes los elaboran o cuántos perdieron su trabajo, pero son de los trabajadores más golpeados porque son o semiformales o informales”, indicó en entrevista el también académico de la UOM..
Subrayó que por la pandemia se está precarizando los modelos de contratación en perjuicio de los derechos de los trabajadores, ya que ante la situación que se vive históricamente en comunidades, agravada por la emergencia sanitaria, aceptan trabajar sin recibir los derechos que deben tener por Ley.
Desde el inicio de la pandemia de Covid-19, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) advirtió que las consecuencias de la crisis económica podría llevar a miles de niños a dejar sus estudios y trabajar, principalmente en la agricultura.
A la par, el organismo dependiente de las Naciones Unidas indicó ayer que de acuerdo con un estudio de la OIT, más del 70 por ciento de jóvenes en el mundo que estudian o combinan la educación con el trabajo, se han visto afectados de manera negativa por el cierre de escuelas, universidades y centros de formación.