La deforestación en la Amazonía brasileña se mantiene este año en un nivel similar al del año récord de 2019, a pesar de que la superficie talada en julio (mil 654 km2) fue inferior a la del mismo mes del año pasado (2 mil 255 km2).
Especialistas alertan de que las grandes áreas deforestadas hasta el momento anuncian además una nueva temporada de incendios preocupante, un año después de las quemadas históricas que causaron alarma internacional.
Entre enero y el 31 de julio, el área deforestada en la mayor selva tropical del planeta fue de 4.731 km2, levemente por encima de los 4.701 km2 del período enero-julio de 2019, de acuerdo con las observaciones satelitales del sistema DETER, divulgadas este viernes por el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE).
En el período agosto 2019-julio 2020 (año de referencia en el calendario de la deforestación), la tala alcanzó los 9.205 km2, 34.5% más que los 6 mil 844 km2 registrados en el periodo agosto 2018-julio 2019.
El vicepresidente Hamilton Mourao, que encabeza el Consejo Nacional de Amazonía, celebró los datos de julio. Se trata de una "inversión de la tendencia" lograda gracias al trabajo del gobierno, aseguró Mourao, que lanzó este año una operación contra la deforestación ilegal en medio de una fuerte presión internacional.
Ambientalistas consideran sin embargo prematuro afirmar que hubo una inflexión a la baja y señalan que, a pesar de que la deforestación de julio fue muy inferior a la de 2019, se trata aún de una superficie muy grande, superior a la de la ciudad de Sao Paulo.
"No podemos celebrar que no superó el récord de 2019. Esto es algo positivo, pero es importante entender que mil 600 km2 es mucho", dijo a la AFP Ane Alencar, directora de Ciencia del Instituto de Pesquisa Ambiental de la Amazonía (IPAM), una ONG científica.