Nueva York. Pete Hamill se dedicó a introducir a esta ciudad consigo misma y a todos aquellos que deseaban conocerla, una guía indispensable a través de su trabajo como periodista maestro, ensayista y novelista, y quien seguro le provocó celos a esta metrópolis porque también fue amante de México.
La noticia de la muerte de Hamill anunciada este miércoles generó de inmediato eso mismo que él decía definía a su ciudad. Como escribió en su magnífico libro sobre Manhattan, Downtown: “La ciudad es… la capital de la nostalgia”. Eso, explicó, es en parte por una ciudad que cambia de manera incesante y también consecuencia de la inmigración, y la nostalgia colectiva de lo que todos dejaron atrás al venir para recrear esta metrópolis.
Hamill nació en 1935 en Brooklyn, hijo de inmigrantes irlandeses de clase trabajadora. Abandonó la preparatoria; estudió artes visuales en las noches mientras se desempeñaba en varios empleos (quería ser caricaturista). Pero como él mismo cuenta cuando entró por primera vez a la redacción de un periódico: “era como si hubiera llegado al paraíso. Era rudo y obsceno… era una profesión bohemia, a nadie le pagaban lo suficiente… pero nunca me quería dormir”.
Empezó como reportero en el New York Post en 1960 y después en el New York Daily News –más tarde llegaría ser director de ambos por breves pero extraordinarios periodos– y en New York Newsday. También fue corresponsal en Europa para el Saturday Evening Post y fue enviado de guerra a Vietnam, Nicaragua, Líbano e Irlanda del Norte.
Siempre repetía, con sus colegas, nunca te olvides de dónde eres
, con lo cual nunca se mareó aun cuando se reunía con la élite cultural y política, entre ellos Norman Mailer, Jack Lemmon, Shirley MacLaine, Jacqueline Onassis y su amigo Robert F. Kennedy (estaba casi a su lado cuando el entonces candidato presidencial fue asesinado).
Además de sus crónicas y ensayos, Hamill escribió un libro de memorias, A Drinking Life, ganó un Grammy por su texto acompañando el disco Blood on the Tracks de Bob Dylan y escribió un libro sobre Frank Sinatra (https://www.jornada.com.mx/2010/03/17/cultura/a06n1cul). También es autor de novelas, varias bestsellers, incluyendo Snow in August, North River, Forever y la última, Tabloid City, todas ancladas en Nueva York. En casi todas aparece un personaje mexicano.
Escribió un libro sobre Diego Rivera en 1999 y la introducción para otro libro de fotos de Agustín Víctor Casasola, entre otras obras.
En su ensayo ofreciendo consejos a corresponsales extranjeros sobre cómo cubrir México, publicada por La Jornada, explica que sin entender la cultura de otro país, no se puede reportar sobre su realidad. Concluyó que en Estados Unidos, país de inmigrantes, como sus propios padres, debemos poder decirle a cada mexicano pobre que llega a este país: gracias por venir. Gracias por recordarnos quiénes somos. La historia de nuestros padres y abuelos nos dice: el dolor pasará. Y cuando algo del dolor actual pase, aquí y en México, sé lo que sucederá. Lo sé de la manera en que sé que el sol nacerá mañana. Alguien sacará una guitarra y todos cantaremos. Juntos. ¡Que viva México!
(https://www.jornada.com.mx/2000/04/30/mas-otra.html).
La nostalgia inmediata que provocó la noticia de la muerte de Hamill se expresó a lo largo del día. El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, declaró que fue la voz de Nueva York
. Dan Barry, del New York Times, comentó que si el pavimento de la ciudad de Nueva York pudiera hablar, se escucharía como Pete Hamill. Ahora esa ciudad llora
.
La página de Pete Hamill: http://www.petehamill.com
Ver nota ampliada en: https://rb.gy/09isua