Beirut. La diáspora de Líbano, que casi triplica la población del pequeño país de 5 millones de habitantes, se ha movilizado para colaborar tras la explosión que arrasó gran parte de la capital, Beirut.
Los expatriados libaneses, la mayoría entre Estados Unidos y América Latina, se apresuraron a enviar dinero a sus seres queridos que perdieron sus hogares o resultaron heridos en la explosión del martes, que dejó al menos 137 muertos y miles de heridos, mientras que otros crean fondos especiales para recaudar dinero que permita hacer frente a la tragedia.
"He estado al teléfono toda la mañana con nuestros socios para formar una alianza para un fondo de emergencia tras la explosión", dijo George Akiki, cofundador y CEO de LebNet, una organización sin fines de lucro en Silicon Valley, California, que ayuda a los profesionales libaneses en Estados Unidos y Canadá.
"Todos, tanto los libaneses como los no libaneses, quieren ayudar".
Akiki dijo que su grupo, junto con otras organizaciones como SEAL y Life Lebanon, crearon el Fondo de Emergencia de Beirut 2020, que recaudará dinero y lo canalizará a organizaciones seguras y de buena reputación en Líbano.
"Tratando de ayudar"
Otros ayudan enviando remesas individualmente o abriendo cuentas con programas de recaudación en línea.
"Mi esposa Hala y yo igualaremos por lo menos 10 mil dólares en donaciones y más tarde proporcionaremos más ayuda para la reconstrucción y otros proyectos", dijo a la AFP Habib Haddad, un empresario tecnológico y miembro de LebNet con sede en Boston.
Antes de la tragedia, Líbano ya se tambaleaba por una profunda crisis económica y política tiene a más de la mitad de la población viviendo en la pobreza.
Y dependía en gran medida de las remesas enviadas por su diáspora.
"Estamos pidiendo a los emigrantes libaneses de todo el mundo que intenten ayudar", dijo Maroun Daccache, propietario de un restaurante de comida libanesa en Sao Paulo, Brasil, que se estima que tiene siete millones de personas con esa ascendencia.
"Estoy tratando de ayudar con algo, pero el negocio aquí no ha estado muy próspero debido a la pandemia. Aún así, estamos mucho mejor que allá".
El ex presidente brasileño Michel Temer y su compatriota Carlos Ghosn, expresidente de Nissan, son de ascendencia libanesa.
De hecho, Ghosn está en Líbano fugitivo de la justicia japonesa.
Argentina y Colombia tienen también grandes comunidades libanesas, de unos 3.5 millones en cada una.
La cantante Shakira es de hecho de ascendencia libanesa. También la actriz Salma Hayek y el magnate Carlos Slim, de México, donde también hay una importante presencia.
VIDEO: Líbano, ante la devastación tras potente explosión enc Beirut