Beirut. Las fuerzas de seguridad libanesas utilizaron gases lacrimógenos este jueves para dispersar a decenas de manifestantes enfurecidos por la explosión del martes en el puerto de Beirut, que se convirtió en un símbolo de la incompetencia y la corrupción de las autoridades.
Los manifestantes destrozaron comercios y lanzaron piedras a la policía en el barrio del parlamento, según la Agencia Nacional de Información.
La policía replicó y varios manifestantes resultaron heridos, añadió.
Estos incidentes se producen la antevíspera de una gran manifestación antigubernamental, prevista el sábado en este país inmerso en una crisis económica sin precedentes.
La enorme explosión del martes fue provocada por un incendio en un almacén del puerto de Beirut donde había almacenadas dos mil 700 toneladas de nitrato de amonio desde hace seis años. Causó al menos 149 muertos, cinco mil heridos y decenas de desaparecidos, además de dejar a cientos de miles de personas sin techo.
Las autoridades libanesas afirman que el almacén estalló por un incendio.
Las autoridades portuarias, las aduanas y algunos servicios de seguridad estaban al corriente de que había productos químicos peligrosos almacenados allí. Se echan la culpa los unos a los otros de lo sucedido.