Ciudad de México. Más de una centena de investigadores —encabezados por el premio Nobel, Joseph E. Stiglitz— hicieron un llamado a “terminar con la economía del carbón”, de cara a la recuperación de la crisis que impuso la pandemia de Covid-19. Por medio de una carta llamaron a poder político y financiero a dejar un sistema de producción “arraigado en la injusticia”.
Sostuvieron que es responsabilidad de los gobiernos eliminar activamente la industria de los combustibles fósiles. En este contexto, “los rescates y subsidios a las grandes compañías de petróleo, gas y carbón sólo retrasan aún más la transición energética esencial, distorsionan los mercados y nos encierran en un futuro que no podemos costear”, agregaron.
En el texto publicado por el diario inglés The Guardian, expusieron que al eliminar de manera coordinada y gradual la exploración y extracción de carbono, los gobiernos pueden permitirse redistribuir recursos hacia tecnología verde, infraestructura, programas sociales y buenos empleos.
Por el contrario, “si intentamos una reconstrucción de la economía cuyo principio rector es el retorno a los ‘negocios habituales’, simplemente sustituiremos una crisis por otra”, recalcaron los 114 firmantes, entre los que también se encuentran Jeffrey Sachs, Mariana Mazzucato, Clair Brown, Indivar Dutta-Gupta, Robert Reich y Gabriel Zucman.
La petición parte independientemente de una crisis climática que se acerca, la presión para regresar a la antigua economía basada en el carbono “es real, y aún más peligrosa”. “Las fuentes de sufrimiento humano a gran escala, como la pérdida de cosechas, la escasez de agua, el aumento de las mareas, los incendios forestales, el clima severo, la migración forzada y las pandemias van de la mano con un mundo en calentamiento”, se lee en la misiva pública.
Por ejemplo, en el marco de la pandemia de Covid-19 son los grupos más vulnerables —por raza, ingresos, país, pueblos y “otros grupos históricamente marginados”— los que la han resentido de “manera desproporcionada”. Los economistas argumentan que esto es resultado de que “la economía del carbono amplifica y genera desigualdades raciales, sociales y económicas”.
En ese sentido, también llamaron a las instituciones financieras a terminar sus inversiones en el exploración de combustibles fósiles e invertir en “un futuro justo y estable”, ya que “es ingenuo imaginar que se puede empujar a la industria de los combustibles fósiles —la cual ha mentido sobre el cambio climático durante décadas, se ha opuesto activamente a soluciones climáticas serias y continúa planificando un futuro dependiente de los combustibles fósiles— hacia un buen comportamiento”.