El director escénico José Luis Ibáñez, uno de los pilares del teatro universitario en México, falleció este martes a los 87 años, informó el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura.
Traductor y guionista, formó parte de la primera generación de la licenciatura en Arte Dramático de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México, donde después se convertiría en uno de los profesores más entrañables.
Ibáñez nació en Orizaba, Veracruz, en 1933. Inició su carrera profesional en 1955, en el movimiento teatral Poesía en Voz Alta que coordinaba el dramaturgo Héctor Mendoza. Al año siguiente, José Luis se hizo cargo del grupo integrado por escritores, músicos, pintores, cantantes y actores jóvenes, en cuyas piezas teatrales combinaban música y artes plásticas en espectáculos vanguardistas, con textos medievales o del Siglo de Oro español.
Participaban Octavio Paz y Juan José Arreola, quienes fueron los primeros directores literarios del grupo. Más tarde se sumaron Antonio Alatorre y Margit Frenk (como consejeros literarios del Siglo de Oro español y como actores-cantantes), Elena Garro, León Felipe, Carlos Fuentes, Diego de Meza, Sergio Fernández, José de la Colina, José Emilio Pacheco, Juan García Ponce, María Luisa Mendoza y Alfonso Reyes, entre otros.
Los montajes que Ibáñez dirigió entonces fueron Asesinato en la catedral, de T. S. Eliot; Las criadas, de Jean Genet; Electra, de Sófocles y La moza del cántaro, de Lope de Vega.
En su libro Ires y venires del teatro en México, la crítica Olga Harmony afirmó, escribió que “es bien sabido que José Lis Ibáñez es un maestro de la dicción en verso de las obras de los Siglos de Oro y que a él acuden muchos actores ya formados para aprender los secretos no sólo del bien decir estos dramas, sino también para desentrañar su más recónditas metáforas”.
En 1965 debutó como director de cine al participar en el Concurso de Cine Experimental con la película Amor, amor, amor / Las dos Elenas, con guión de Carlos Fuentes, basado en un cuento homónimo.
Entre sus montajes más recordados están: Las mariposas son libres de Leonard Gershe; El divino Narciso (loa y auto sacramental) de Sor Juana Inés de la Cruz; La muerte se va a Granada, de Fernando del Paso en memoria de Federico García Lorca; y La vida es sueño, de Calderón de la Barca.