Ciudad de México. La aprehensión del cabecilla del cártel Santa Rosa de Lima, José Antonio Y., El Marro, es muy importante, pues éste convirtió a Guanajuato en la entidad más violenta del país, aseguró el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien atribuyó el crecimiento de esa agrupación a complicidades y componendas con autoridades municipales y estatales, así como a la impunidad. Su presencia generó que 15 por ciento de los homicidios en México se perpetraran en ese estado.

Por medio de un video en el que explicó las actividades del combate a la delincuencia de cuello blanco y al crimen organizado, el mandatario destacó el trabajo de la Secretaría de la Defensa Nacional, en colaboración con el gobierno estatal, para detenerlo. Dijo que es importante que no haya impunidad, que la autoridad no proteja a la delincuencia, que se acabe aquello de que se engaña persiguiendo a una banda y protegiendo a otra. La ley tiene que aplicarse por parejo.

Agregó que este tipo de simulación se registró en el gobierno de Felipe Calderón, cuyo secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, preso en Estados Unidos, está acusado de proteger al cártel de Sinaloa mientras se perseguía a grupos que no tenían acuerdo con el gobierno. Se cometieron muchas atrocidades, se llevaron a cabo masacres, muchos perdieron la vida. Crímenes cometidos al amparo del poder público, a su sombra y con impunidad absoluta.

Afirmó que el gobierno ya no está secuestrado ni al servicio de la delincuencia de cuello blanco ni de grupos organizados.

En días pasados, el juez que procesa a García Luna emitió órdenes de presentación a dos personajes muy ligados a él: Luis Cárdenas Palomino y Ramón Pequeño García. Ambos fueron premiados con Calderón como mejores policías de México, o sea, fueron ejemplo.

Sostuvo que el crecimiento de la delincuencia organizada se da por el contubernio con las autoridades, no había frontera, no había una línea divisoria, se vendían plazas. Los delincuentes dominaban e incluso estaban a cargo de gobiernos municipales y tenían mucha influencia en los estatales, y el colmo: en el gobierno federal, García Luna, que está en Estados Unidos.

López Obrador subrayó que la corrupción no sólo se expresa en estos vínculos funcionarios-crimen organizado, sino también con delincuentes de cuello blanco que involucran a partidos, gobiernos municipales, estatales, autoridades federales, hombres de negocios. Como ejemplo, habló del proceso que se sigue al ex director de Petróleos Mexicanos Emilio Lozoya.

En su caso está ligado a dos ilícitos importantes: la entrega de sobornos para comprar una planta de fertilizantes con sobreprecio de 200 millones de dólares con Altos Hornos de México y por sus vínculos en la entrega de jugosos contratos a Odebrecht y la construcción de una planta de etileno en Coatzacoalcos con Calderón.

Aseguró que no sólo dieron permiso, sino que se dio financiamiento de la banca de desarrollo y se obligó a Pemex a entregar gas a 30 por ciento por debajo de su valor y si se incumplía el suministro se imponían multas a Pemex. Imagínense ese tipo de contratos y subsidios. Por eso hablo de que son muy hipócritas porque cuando se instauró el neoliberalismo se satanizaron los subsidios.