Washington. Las negociaciones en el Congreso de Estados Unidos para desplegar un nuevo paquete de estímulo están en un punto muerto este viernes, justo cuando expira una ayuda adicional para millones de desempleados para paliar los efectos de una crisis que está arrasando la economía.
La entrega de un monto de 600 dólares por semana que el Congreso aprobó a finales de marzo dejará de tener vigencia este viernes a medianoche, lo que representa un golpe duro para millones de estadunidenses sin trabajo que enfrentan un mercado laboral donde las condiciones no mejoran mientras el virus sigue avanzando.
No hay expectativas de un acuerdo y las negociaciones quedaron en suspenso.
El inminente fin de las ayudas -una fecha que se conocía desde hace meses- alentó las esperanzas de muchos legisladores de alcanzar un acuerdo a última hora, como es costumbre en Washington.
Pero en un entorno muy polarizado y crispado a menos de 100 días de las elecciones presidenciales no hubo acuerdo, y el futuro parece aciago para muchos desempleados mientras sigue la ola de despidos que comenzó a mediados de marzo con las primeras medidas de confinamiento.
Este viernes, la líder de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, acusó a los republicanos, que controlan el Senado, de "no entender la gravedad de la situación".
"Anticipamos que tendremos un proyecto, pero aún no estamos ahí", dijo Pelosi.
Según los datos difundidos el jueves por el Departamento de Trabajo, las nuevas peticiones de ayuda por desempleo subieron por segunda semana consecutiva en los siete días finalizados el 25 de julio y están en 1.43 millones.
"No constituye una tendencia, pero con el virus que avanza campante por el país y la reapertura de la economía en pausa es probable que veamos cómo este incremento avanza", indicó el analista Joel Naroff.
Cuando el Congreso aprobó un paquete de ayuda de 2.2 billones de dólares no anticipó que varios meses después la epidemia seguiría sin control.
Este aumento preocupante de los casos ha impedido volver a abrir muchos negocios y siembra dudas sobre la capacidad que tiene Estados Unidos de controlar la pandemia que ha dejado más de 152 mil muertos.
"El repunte económico que esperábamos en la segundo mitad del año probablemente va a ser atenuado, salvo que el virus pueda ser contenido y la actividad pueda retomar", indicó Rubeela Farooqi, economista de la consultora High Frequency Economics.
La experta proyecta que sin una reapertura completa, probablemente la economía sufra un daño duradero y que el camino hacia la recuperación va a ser "un proceso lento y más extendido".
Dudas sobre la recuperación
El jueves, el Departamento de Comercio informó que la economía de Estados Unidos se contrajo 32.9 por ciento en el segundo trimestre. El frenazo fue tan fuerte que quedó incluso lejos del récord anterior, una contracción de 10 por ciento en 1958.
Según un estudio publicado en junio por la Universidad de Chicago y la Universidad de Notre Dame, la ayuda del gobierno ayudó a reducir la pobreza en 2.3 por ciento, pese al aumento del desempleo.
A contramano de esos datos, este viernes el Departamento de Comercio informó que los gastos en consumo personal subieron 5.6 por ciento el mes pasado.
Varios economistas señalan que la ayuda del Congreso apuntaló a sectores importantes como el de las ventas minoristas, que en junio logró la buscada recuperación en forma de V, situándose en los niveles que tenía antes de la pandemia.
El presidente Donald Trump celebra los indicadores que muestran una recuperación para cimentar sus argumentos de que la economía está recuperación, pero Gregory Daco, de Oxford Economics, afirmó que esta ecuación cambia totalmente con el aumento de los casos.
Naroff señaló que actualmente Estados Unidos tiene el sistema de bienestar más grande de su historia, que ha servido para "mantener el consumo" y evitar "un colapso total".
"Pero si se corta esta ayuda y el problema que enfrenta la economía, que es el virus, sigue sin controlarse, entonces esta recuperación en forma de V podría no concretarse", explicó el experto.