La Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) del Tren Maya no reúne condiciones suficientes para establecer los modos, procedimientos y metodologías para garantizar que el proyecto, que incluye el tren, los polos de desarrollo y los proyectos complementarios, genere los beneficios que se propone así como evitar los daños graves e irreversibles que científicos, estudiosos, sabios comunitarios y un sentido común ampliamente compartido han señalado.
Esto advirtieron en el documento Observaciones a la Manifestación de Impacto Ambiental modalidad regional del Tren Maya decenas de investigadores de 65 instituciones académicas de México, así como de 26 de Chile, Colombia, España, Estados Unidos, Francia, Guatemala, Honduras, Panamá, Paraguay, Suiza y Uruguay. Entre quienes suscriben el documento están Carlos Fazio, Peter Rosset y Magdalena Gómez.
La MIA presentada por Fonatur, promovente de la obra, para su autorización a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales realiza una definición errónea del Sistema Ambiental Regional y ello impide hacer una valoración real de los impactos socioambientales, señala el análisis.
Advierte que se menciona el primero de octubre como fecha para iniciar trabajos, lo cual supone que en dos meses habrá desalojo de cientos de familias que viven o tienen negocios sobre el derecho de vía, es decir a 40 metros de la red ferroviaria.
Indica que en la zona donde hay una gran biodiversidad, falta información sobre los pasos de fauna, los cuales son mínimos, 40, en comparación con los 146 que se plantean para los vehículos. Apunta que tampoco hay claridad sobre las medidas de solución al daño socioambiental ocasionado por el turismo y actividades agropecuarias.
Entre otras omisiones menciona que el ruido afectará el movimiento de la fauna y el uso de diesel en los trenes la calidad del aire, con emisiones equivalentes a las de 139 mil autos compactos. La MIA refleja desconocimiento de las tradiciones y modos de vida de los pueblos mayas, señala el análisis.