Washington. Estados Unidos puso en una lista negra este miércoles al hijo mayor del presidente sirio, Bashar al Asad, Hafez, de 18 años, como parte de una nueva ronda de sanciones contra Damasco, anunció el jefe de la diplomacia estadunidense, Mike Pompeo.
"Continuaremos responsabilizando a Bashar al Asad y su régimen por sus atrocidades, mientras mantenemos vivo el recuerdo de sus víctimas", dijo Pompeo en un comunicado.
"Es hora de que termine la guerra brutal e innecesaria de al Asad", dijo sobre el conflicto que se ha cobrado más de 380 mil vidas y desplazado a millones.
Hafez al Asad, de 18 años y bautizado así en honor a su abuelo, no podrá viajar ni tener activos en Estados Unidos, según explicó el Departamento de Estado.
El gobierno estadounidense apunta a 14 nuevas entidades y personas, después de una primera ola de sanciones anunciadas a mediados de junio cuando entró en vigencia la "Ley César", con el objetivo de privar de recursos al gobierno sirio y a sus partidarios.
Los temores de acción contra los inversores extranjeros bajo la "Ley César" han causado estragos en la economía de Siria, devastada por la guerra, al nublar las esperanzas de reconstrucción.
Estados Unidos ya había aplicado sanciones contra Bashar al Asad y su esposa Asma.
Según un alto funcionario estadunidense, las sanciones contra el único hijo adulto de Asad tendría el propósito de evitar que Hafez se convirtiera en un conducto para su familia en el extranjero.
“Hemos visto un aumento en su prominencia dentro de la familia", dijo el funcionario.
"Los hijos adultos esencialmente continúan haciendo negocios en nombre de sus padres sancionados u otros parientes adultos", comentó.
Estados Unidos también impuso sanciones al empresario sirio Wassim Anwar al Qattan.
Según el Departamento del Tesoro, las autoridades sirias le otorgaron un contrato para desarrollar un centro comercial de alta gama, removiendo al inversionista anterior.
También fue sancionado el mayor general Zuhair Tawfik al Asad, miembro de la extendida familia gobernante, junto a su hijo adulto.
El alto oficial, líder de la Primera División del ejército sirio, que desde el inicio de la revuelta popular en 2011, antes de desatarse la guerra generalizada, ha sido acusado de asesinatos en masa y numerosos arrestos en áreas cercanas a la capital Damasco.
Funcionarios estadounidenses aseguraron que estaba desplegando las últimas sanciones en memoria de las víctimas del mortífero asedio contra la ciudad de Hama en 2011, así como el bombardeo del año pasado, presuntamente con apoyo de Rusia, de un mercado en la ciudad de Maarat al Numan en la provincia de Idlib, donde murieron más de 40 civiles.
Idlib permanece como último bastión de las fuerzas de oposición, incluidos yihadistas que han luchado contra Asad.
Estados Unidos, sin embargo, aún no apunta contra los intereses comerciales del aliado clave de Damasco, Rusia.