Ciudad de México. Jaitzinho Piña Ferreyra, de la Red de Consultores para MiPyMES de la dirección de Desarrollo Empresarial y Asistencia Técnica de NAFIN, encabezó el webinar “Cómo replantear la estrategia financiera en tiempos de cambio”, como parte del 2º Ciclo de Conferencias CANACAR, Oportunidades ante la crisis, ahí dijo que para enfrentar la crisis generada por COVID-19, los transportistas deben cuidar el flujo de efectivo: acotar cuentas por cobrar, cuentas por pagar e inventarios, así como contar con documentos financieros para tomar decisiones adecuadas.
“Antes de la pandemia ya sabíamos cuánto tardaban en pagarnos los clientes y cuánto teníamos de inventario. Pero ahora las cuentas por cobrar son diferentes. Muchos proveedores también han reducido los créditos en pagos. Vamos a estar viviendo incertidumbre, pero es importante aprender a trabajar con ella y sobrellevarla”, expuso Piña.
Referente al inventario, recomendó reconfigurar la disponibilidad de insumos. Destacó que no es conveniente tenerlo al máximo, porque es dinero detenido, pero tampoco quedarse sin nada, lo mejor es tener un stock de reserva. Y una vez llegado al mínimo, lo mejor será reordenar las prioridades y expandir las peticiones al proveedor.
Para los dueños de micro y pequeñas empresas familiares, recomendó evitar al máximo la toma de dinero sin control. En un escenario como éste se deben administrar los recursos del negocio. “Como dueños lo mejor es asignarse un sueldo”, manifestó.
En cuanto a los costos directos, sugirió revalorizarlos entre indispensables, reducibles y prescindibles, donde aspectos como el sueldo de los dueños, el mantenimiento preventivo, el pago de la energía eléctrica o la renta podrían negociarse y reducirse; y aquel presupuesto para reuniones o publicidad podrían prescindirse. Recomendó renegociar los créditos con instituciones bancarias para ayudar a la liquidez de las empresas.
“Es clave estructurar y fundamentar cada una de las acciones, privilegiando el nuevo presupuesto para determinar la relación con los clientes, algunos cambios en procesos clave y cambios eventuales en la estructura y tecnología”, finalizó.
Expuso un ejemplo para desarrollar la matriz de riesgos:
- Identificar el riesgo.
- Calificar cada riesgo considerando la probabilidad de que ocurra con un valor de: 0 (Bajo); 1 (Medio); 2 (Alto).
- Calificar el impacto negativo que pudiera tener el negocio con un valor de: 0 (Bajo); 1 (Medio); 2 (Alto).
- Revisar el renglón de “nivel de riesgo en mi empresa” y delinear las medidas que consideren pertinentes.
“Nos deja elementos para tomar las mejores decisiones. Agradecemos los conceptos abordados. No es la primera vez que NAFIN nos apoya en temas de capacitación, y el mensaje de hoy es muy positivo para que los socios de CANACAR tomen nota de las recomendaciones y se conviertan en buenas prácticas”, dijo Enrique González Muñoz, presidente nacional de CANACAR.