El presidente Andrés Manuel López Obrador señaló que el juicio contra Emilio Lozoya, ex director de Petróleos Mexicanos (Pemex) es un parteaguas, “un antes y un después” en el combate a la corrupción, porque ayudará a que se conozca cómo se entregaban las “tarascadas” para otorgar contratos a la empresa Odebrecht y sobre las “mordidas” que se dieron a legisladores para aprobar la reforma energética. Y pidió que no pase de “noche”.
Afirmó que “nos importa mucho es ver qué podemos recuperar de lo robado”, para devolver a la hacienda pública “lo más que se pueda”. Adelantó que ya hay un ofrecimiento del nuevo dueño de Altos Hornos de México para reintegrar los 200 millones de dólares que se pagaron de sobreprecio por la planta de Agronitrogenados, por lo que “hay posibilidades de obtener recursos”.
"Ya hay un ofrecimiento de que por el sobreprecios que pagaron en la compra de la planta de fertlizantes, el nuevo dueño acepta devolver 200 millones de dólares", dijo.
Ello incluye, dijo, un trabajo que realiza el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, para recuperar el dinero que se llevan de México y dejan en Estados Unidos. “Se habla de un gobernador que llegó a tener no sé cuántas propiedades en Estados Unidos y se queda allá el bien, el dinero. Nosotros estamos viendo eso, y vamos a solicitar también que haya extradiciones. O sea, que haya equidad. Así como van para allá, que vengan y sean juzgados aquí, en nuestro país”.
Comentó que a diferencia de lo que ocurre en Estados Unidos que con la información que ofrecen testigos protegidos, por reducción de penas, los bienes se recuperan, “a nosotros nos dejan sin nada” porque los implicados se “van a Estados Unidos, los agarran allá y allá se queda el dinero que es de México”.
López Obrador insistió que el caso de Lozoya no es un asunto “nada más de tribunales, sino de un tribunal ciudadano, popular, para que todos conozcamos cuál era el modus operandi de los delincuentes de cuello blanco; cómo sobornaban, cómo se entregaban esas mordidas, aunque se podría decir tarascadas”. Los grandes atracos, dijo, no se conocían.
Por eso es muy importante que se le dé seguimiento y “todos los mexicanos nos informemos”, porque “como involucra a la llamada sociedad política, puede haber la intención de que pase de noche este asunto”.
Subrayó que el juicio a Lozoya es muy importante porque tiene que ver con las mordidas que se entregaban para recibir contratos en el gobierno; “contratos que afectaban la hacienda pública” por desfalcos.
Ayudará mucho a que se conozca cómo hicieron para sobornar y dar moches, “de dónde salía el dinero, lo que nos importa a nosotros, para que no se repita nunca más esta corrupción”.
En conferencia de prensa, el titular del Ejecutivo federal dijo que era “tanto el escándalo” por el caso Odebrecht que en la pasada administración se tuvo que proceder y se presentaron dos denuncias, “creo que de la Secretaría de Hacienda y de Pemex”, pero no se les dio curso. “Es cosa de preguntarle a la Fiscalía General de la República”. Recordó que el Instituto Nacional de Trasparencia hasta estableció que no se podía conocer el expediente.
En este caso se entregaban “moches, mordidas para contratos. Todo esto que pasó con la empresa Odebrecht y el colmo es que se compró la llamada reforma energética. Es decir, se sobornó, se le dio mordida a los legisladores para que se aprobara esa reforma que nos hizo daño, que no benefició en nada el país”.
Al contrario, agregó, produjo pérdidas de miles de millones de pesos, deudas a la hacienda pública”. Por esa reforma se cayó la producción en Pemex, dejó en ruinas la petroquímica, nos convertimos en el país del mundo que más gasolina compra al extranjero y aumentaron los precios de los combustibles y de la luz y todos aplaudiendo al mismo tiempo que estaban entregando dinero, sobornando a quienes iban a aprobarla”.
¿Cuánto significó de pérdida para la economía popular?, ¿Cuánto costó esa reforma?, ¿durante cuánto tiempo?, se preguntó en conferencia de prensa en Palacio Nacional.