El impacto económico del Covid-19 en las familias mexicanas generará una disminución entre el 10 y 30 por ciento de la matrícula de las universidades e instituciones de educación superior privadas del país, que actualmente tienen 1.5 millones de estudiantes (33.3 por ciento de los 4.5 millones de alumnos en este nivel), además de que hay estimaciones de que otro 16 por ciento de jóvenes en edad de ingresar, no lo hará en este semestre.
Aunque hay una “recomendación” de la Federación de Instituciones Mexicanas Particulares de Educación Superior (Fimpes), instancia que agrupa a 111 universidades privadas con una matrícula de 750 mil estudiantes, para “apoyar” a estudiantes y padres de familia, y “flexibilizar” sus políticas de cobro, cada una de ellas analiza su capacidad financiera para establecer las colegiaturas, becas o descuentos en medio las medidas de emergencia sanitaria, a unas semanas de iniciar el ciclo escolar 2020-2021, también en su modalidad de educación a distancia.
Las respuesta no ha sido homogénea. Así, frente a la Universidad Iberoamericana que estableció descuentos del 20 por ciento de sus colegiaturas a todos sus alumnos de licenciatura y posgrado, desde el inicio de las clases a distancia -situación que continuará en el semestre de otoño-, el Tecnológico de Monterrey anunció que no aplicará descuentos generalizados a sus cuotas, pues impactaría su servicios.
Otras, como la Universidad del Valle de México (UVM), establecerán apoyos como aumento en el número de becas, diferimiento de pagos, condonación de adeudos, condonación de intereses y otorgamiento de financiamientos, a través de revisiones de casos particulares. Hasta ahora, ésta institución ha recibido más de cinco mil solicitudes de apoyo de estudiantes y padres de familia.
José Antonio Llergo Victoria, secretario general de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), institución que junto con el Tec de Monterrey representan a las universidades privadas ante la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (Anuies), reconoció la gravedad de una eventual disminución de la matrícula, derivado de la situación económica.
“Es sumamente complejo porque tampoco la educación superior pública está preparada para recibir a ese número de estudiantes en sus aulas, pues han sufrido recortes en cuanto al subsidio y presupuestos gubernamentales”, dijo el directivo, quien ejemplificó: “Si solo migrara el 10 por ciento de la matrícula de Fimpes, serían unos 75 mil estudiantes que buscarían espacio en el sistema universitario público; una limitante es su capacidad”.
En entrevista, señaló que el riesgo es que los jóvenes dejen de manera definitiva su educación. Además, citó estudios internacionales que indican que 16 por ciento de los jóvenes que iban a ingresar a educación superior, están pensando en hacer otra cosa en este semestre, no necesariamente iniciar una licenciatura; piensan aprender un idioma o recurrir a una capacitación técnica, en una opción de trabajo inmediata.
Dijo que en el caso de la Upaep se ha iniciado un acercamiento con estudiantes y padres de familia con problemas económicos, con la prioridad de que permanezcan dentro de la institución a toda costa, bajo diferentes esquemas de apoyo. “Estoy conscientes de que en varias universidades de prestigio, particulares, se está haciendo un esfuerzo de esta naturaleza, pero tampoco le puedo decir que sea un criterio o una política homogénea para todas las instituciones superior privadas”, dijo el secretario de la Upaep, institución que también representa al Consejo Regional Centro Sur, de la Anuies.
En el inicio de la entrevista, el secretario general José Antonio Llergo, informó que a nivel nacional la matrícula de educación superior es de 4.5 millones de estudiantes, de los cuales poco más de un tercio cursan sus estudios en alguna universidad e institución de educación superior privada del país.
Además, citó que de acuerdo a cifras de 2018, se estima que hay un total de 3 mil 300 de instituciones de educación superior privadas, es decir el 70 por ciento de las universidades en México son de carácter privado, dijo. En Fimpes están agrupadas 111 de estas instituciones, con una matrícula de 750 mil estudiantes.
José Antonio Llergo explicó que hay número importantes de alumnos que estudiantes en instituciones privadas, de las cuales hay un amplio escenario de características. y formaciones. En Fimpes, dijo, hay un esfuerzo permanente por tener acreditados todos los planes y programas educativos que se ofrecen, y pasan por procesos de certificación de calidad, con el fin de brindar una educación de calidad.
Hay un número importante de este tipo de universidades, “aunque hay otras que no tienen oferta de programas acreditados, ni profesores certificados y ni con grados pertinentes”, reconoció el directivo de la Upaep.
Dijo que con la pandemia y el inicio de las medidas de emergencia sanitaria, las instituciones privadas reaccionaron “de manera inmediata”, logrando migrar en muy poco tiempo de las clases presenciales a la clases a distancia y virtuales. En varios casos, añadió, las universidades incluso llegaron a un acuerdo con empresas de servicio de Internet para que los alumnos pudiera acceder en mejores condiciones a la conectividad y de esta forma poder tomar sus clases.
Actualmente, añadió, se trabaja en el diseño del próximo semestre o ciclo escolar, que para muchos iniciará en la segunda quincena de agosto, con el mejoramiento de nuestras plataformas tecnológicas y la capacitación para el personal docente, tanto en la pedagógico como en lo uso más eficiente de las tecnologías.