Ciudad de México. La pandemia no encontró, a las mujeres y niñas de México, en una plácida tarde soleada. Ya estábamos, unas más y otras menos, en medio de una tormenta, buscando cómo guarecernos, cómo estirar el techo para que alcanzara a más y a más. La carga de los cuidados, el trabajo remunerado, las violencias de todo tipo. Pero de pronto, y sin aviso, llegó una crisis más profunda y colectiva que todas las que conocíamos. Y aunque el mundo de afuera paró, el de los hogares aumentó su carga, se hizo hiperactivo, y nos golpeó de nuevo fuertemente a las mujeres. Solucionar la alimentación de las familias, los gastos de la supervivencia, la higiene exacerbada, mantener la salud, las tareas escolares, los cuidados y un infinito etcétera que ha hecho que los hogares se hayan convertido en el espacio económico no remunerado ni reconocido más importante de todos los tiempos.
Ante las nuevas circunstancias, de extremo apremio social, sanitario y económico, el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, tomó medidas de redireccionamiento de los recursos del presupuesto federal. Como parte del gobierno, estas medidas impactaron también en el presupuesto de Inmujeres, tal como pasó con todas las instituciones y entidades del estado. Esto no aconteció el 15 de julio pasado. Esto sucedió el 24 de abril. Llevamos tres meses administrando con responsabilidad y en consonancia con el país, una gestión austera e inteligente de lo que tenemos que hacer.
Nuestro compromiso de servidoras públicas es con la sociedad, con las mujeres y niñas, con la reducción de las brechas de desigualdad, la erradicación de todo tipo de violencia contra las mujeres que obstaculiza su presente e impide sus proyectos de futuro. Nuestro compromiso es la paciente y urgente construcción de un país mejor, sin discriminación por razón de género, en el que las mujeres y niñas, que conforman el 51% de la población, puedan gozar de todos sus derechos, en paz.
La reducción del presupuesto operativo del Inmujeres, no ha tocado ni los programas ni los salarios de su equipo. Esto significa que, desde nuestros puestos, hemos seguido trabajando, como lo han hecho los hombres y las mujeres de México, poniendo lo mejor, con creatividad, buscando alianzas tanto con las demás secretarías y dependencias de gobierno, como con la academia, los organismos internacionales y la sociedad civil, en esta situación tan excepcional.
Nuestro Programa Nacional de Igualdad 2020-2024, la ruta de avance por la igualdad entre mujeres y hombres de México, saldrá publicado próximamente. Será el primer programa especial de este gobierno en ver la luz. Fue elaborado con responsabilidad, compromiso, convicción, con toda nuestra pasión por la igualdad, por la justicia, por la paz, escuchando a las mujeres de todos los rincones del territorio nacional, codo con codo con la administración pública federal. No nos hemos quedado quietas. Hemos seguido trabajando, intensamente, en pro de los derechos de las mujeres y niñas de México. Nada más en estos últimos cuatro meses, de abril a julio, hemos tenido, de manera virtual, 37 reuniones con más de 700 servidoras y servidores públicos para tejer los planes de trabajo y hemos empezado a aterrizar cada una de las 267 acciones (de avance en materia de igualdad) que llevaremos a cabo entre todos y todas, desde hoy hasta finales de 2024. Estas acciones se pueden encuadrar en seis objetivos: Autonomía económica; Cuidados; Bienestar y Salud de las niñas y mujeres; todos los tipos de violencia de género; participación social, política, comunitaria y Construcción de la paz.
Tampoco hemos cejado en el esfuerzo de encontrar cómo construir, en plena contingencia, nuevas y accesibles estrategias para fortalecer la autonomía económica de las mujeres. Para esto nos unimos a Tandas para el Bienestar y Segalmex, para poner en marcha un programa de tienditas Diconsa exclusivamente para mujeres que hayan sufrido violencia de género o las consecuencias de ello. Así, casi 90 mujeres de tres estados de la república, Morelos, Oaxaca y Chihuahua, serán en estos próximos días, las beneficiarias de este programa y administrarán, a partir de ahora, estas pequeñas y nobles tiendas de abarrotes surtidas con la canasta básica de Diconsa que las comunidades conocen bien.
También estamos empezando los trabajos para construir el sistema de cuidados que dé respuesta a las necesidades de atención y cuidado tanto de las poblaciones dependientes que las necesitan como a las mujeres que, de manera desproporcionada, cuidan todos los días, hora tras hora, sin descanso. En este sistema estamos incorporando, paso a paso, a todas las instituciones y entidades del gobierno federal, a organizaciones de la sociedad civil, a organismos internacionales y a la iniciativa privada.
Las 32 Instancias de la Mujer de las Entidades Federativas (IMEF) están recibiendo, en estos días, los fondos 2020 necesarios para sus programas y para los Centros de Desarrollo de la Mujer (CDM) en los municipios, y así garantizar la realización de sus metas prioritarias: empoderamiento económico; mujeres en situación de migración, violencia contra mujeres y niñas, Derechos sexuales y reproductivos, entre otras.
Hemos apoyado a organizaciones y colectivas feministas para el fortalecimiento del primer contacto con víctimas de las violencias de género, en este contexto de particular aumento de los riesgos. También en estos últimos meses, con el Proyecto Mujeres Constructoras de Paz (MUCPAZ), hemos apostado por darle voz a las mujeres, por recuperar los saberes comunitarios en la resolución de los conflictos, en las diferencias locales y en la atención a problemas específicos. Este proyecto trabaja para reconstruir el tejido social desde lo local y promover la solución pacífica de conflictos con la participación activa de las mujeres. Durante el 2020 se instalarán 190 REDES MUCPAZ en 107 municipios y alcaldías con una cobertura en 27 entidades federativas y la CDMX. La inversión estimada es de 122 millones de pesos provenientes del Fondo de Aportaciones a la Seguridad Pública (FASP) y del Programa de Fortalecimiento a la Seguridad (FORTASEG). Sus temáticas son violencia feminicida y desaparición forzada de mujeres; mediación de conflictos; mujeres y migración; autogestión productiva y defensa del territorio.
Empleo remunerado para la autonomía, redistribución de los trabajos de cuidado y construcción de entornos seguros y de paz para las niñas y mujeres: los tres pilares sobre los que el presente se convierte en el futuro que todos y todas anhelamos.
No nos hemos quedado quietas, ni nos vamos a quedar contemplando lo que no pudo ser. Desde Inmujeres, con serenidad y esfuerzo, estamos constribuyendo a transformar la histórica desigualdad de las mujeres y las niñas, en igualdad; la subordinación heredada en dignidad aprendida y la discriminación en derechos.
Para implementar políticas públicas hace falta el presupuesto, es cierto, pero también la voluntad política y la imaginación suficiente para creer que es posible sembrar, sobre estos campos, nuevos bosques. En eso estamos.