Ciudad de México. Aun con retos pendientes, de aprobarse, la reforma en materia de pensiones presentada por el gobierno federal y la iniciativa privada desactiva enormemente
la bomba en materia de retiro, afirmó Carlos Noriega Curtis, titular de la Unidad de Seguros y Pensiones de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, quien indicó que no sólo será benéfica para millones de trabajadores, sino, por medio de una mayor inversión, será clave para impulsar el crecimiento del país.
En entrevista con La Jornada, enfatizó que, con el aumento de 6.5 a 15 por ciento de las contribuciones obligatorias de los trabajadores (diferencia que será aportada por el patrón), las Administradoras de Fondos para el Retiro (Afore) tendrán más recursos para invertir, y de haber mejores proyectos, de entrada, se puede aumentar a más de un billón de pesos el monto para infraestructura.
Para Noriega Curtis, la modificación impulsada por el gobierno, con el compromiso de los empresarios mexicanos, es muestra de que esta administración está comprometida con los grupos vulnerables y sigue salvaguardando las finanzas públicas, pues la medida no representará un mayor impacto fiscal.
–En un contexto como el actual, ¿qué significa este cambio para los trabajadores y el país?
–La reforma tiene una perspectiva de largo plazo y permitirá crear ahorro. Estamos en un momento de bajo crecimiento, en el que el gobierno tiene pocos recursos para inversión, y ese esquema ayudará a integrar una importante masa de ahorro para ese fin. Esa es una de las mejores consecuencia secundarias y será un gran incentivo para el crecimiento. Los países que más crecen son los que más ahorran. Todo, sin perder de vista que los trabajadores tendrán una pensión mejor.
–¿Qué tan grande es el potencial de inversión?
–El régimen de inversión de las Afore es prudencial, pero tiene amplitud. La reforma que se presentó y una que está atorada en la Cámara de Diputados para flexibilizar las inversiones crearán un incentivo para invertir en proyectos de largo plazo, típicamente infraestructura. Hoy, 51 por ciento de activos están en bonos gubernamentales, pero podría ser de cero. Si se logran desarrollar mejores planes, puedo decir que podríamos hablar de más de un billón de pesos que se pueden destinar a inversión productiva.
–¿Se trata de la reforma ideal?
–No, pero es la que se pudo hacer con el consenso y capacidad de todas las partes. Ideal sería, por ejemplo, que un trabajador de una empresa pública como Pemex se quiera ir a una privada y se lleve sus beneficios. Ahora, si sale, pierde sus derechos de pensión. No es la ideal, porque hay muchas áreas en las que se tiene que seguir trabajando, pero sí es la ideal en el sentido de que tras 23 años, hasta ahora, se dio la oportunidad y se aprovechó. Estamos todos de plácemes, porque se logró un cambio importante para beneficiar al trabajador.
–¿Esta modificación tiene la capacidad de desactivar la bomba
de pensiones?
–Enormemente, porque desde que se ha hablado de la crisis se decía que la aportación era muy baja. De aprobarse, tendremos una aportación obligatoria de 15 por ciento y cinco más en el rubro de vivienda. Esto da 20, nivel que tienen únicamete los países más avanzados. Ya logramos tener suficientes recursos para una pensión digna. Ahora los retos van más en el sentido laboral, en mejorar los salarios y abatir la informalidad, porque si más empleados pasaran a la formalidad habría superpensiones, porque actualmente ya no estamos hablando de 30 por ciento del último sueldo, sino de niveles muy atractivos. Tendremos un sistema de retiro de primer mundo, pero necesitamos un mercado laboral igual.
–¿Se contempla un impacto fiscal en el futuro?
–Con los números que tenemos, no. Pero hay que decir que existen puntos delicados. Desde luego, si la formalidad en el mercado laboral y el ahorro no se dan, hay razones por las que podría haber impacto, pero con las cifras que disponemos, en un escenario realista, en el que todos vemos una buena probabilidad de alcanzarlo, no hay choque significativo. También existen, en estas proyecciones de muy largo plazo, algunos años en los que se puedan generar costos y en otros ahorros. Tampoco es que sea lineal. En un escenario bastante conservador, prudente, encontramos que podemos transitar sin encontronazo fiscal.
–¿Con la modificación el gobierno se da por satisfecho en materia de pensiones?
–El presidente López Obrador fue muy claro en decir que el camino es largo, pero la verdad es que este gobierno ha hecho dos reformas supertrascendentes: llevar a rango constitucional la pensión universal para que sea permanente, y ahora ésta para todos los trabajadores formales, con la que marca el rumbo. Esta administración, a diferencia de las anteriores, da testimonio de su compromiso con los grupos vulnerables. Ha pasado de la palabra a la acción. Lleva dos acciones al hilo de vanguardia, con visión de protección social que muchos países no tienen. Va ganando dos-cero. Ya quisiéramos haber tenido estos avances en años anteriores. No estaríamos donde estamos.
–¿Esta reforma marca la reconciliación con el sector privado?
–Soy parte del equipo técnico, no del político. Nuestro trabajo siempre consistió en buscar los mejores soluciones y resultados. En eso estuvimos todo el tiempo. Puedo decir que, a nivel técnico, nunca detuvimos el trabajo. En el momento en que alcanzamos una propuesta viable vimos materia para ir adelante. En nuestro ámbito nunca hubo suspensión de trabajo con la IP. Estuvimos revisando todas las opciones, y en el trabajo técnico los números son los que marcan la pauta. Ahí nunca hubo discrepancias.