Chicago. Tanto el presidente Donald Trump como su rival demócrata Joe Biden están denunciando a las redes sociales, acusándolas de estar parcializadas y susceptibles a la manipulación. Lo curioso es que lo están haciendo por medio de las mismas redes sociales, pagándoles abultadas sumas para que difundan sus mensajes.
Trump ha comprado cientos de mensajes en Facebook acusando a otra red social, Twitter, de estar censurándolo y por ende tratando de manipular las elecciones de noviembre.
Biden ha invertido miles de dólares en anuncios en Facebook en que llama a sus partidarios a pedirle a Facebook que quite contenidos falsos, específicamente aquellos emitidos por Trump.
La tendencia está dejando en una encrucijada a las redes sociales, que están tratando de combatir la desinformación y la injerencia de gobiernos extranjeros como la que ocurrió en las elecciones pasadas. Las denuncias de los candidatos han desatado reacciones viscerales por parte de sus partidarios, poniendo fin a la era en que las redes sociales eran consideradas imparciales.
Incluso mientras vierten millones de dólares en avisos en Facebook y Google para elevar su perfil, ambas campañas están usando las mismas redes para criticarlas. Trump acusa a Twitter y Snapchat de interferir en las elecciones. Biden ha enviado varias cartas a Facebook y ha criticado a la compañía por políticas que permiten a políticos, específicamente Trump, publicar falsedades en su plataforma. Biden le está pagando a Facebook abultadas sumas para que publique aviso en la misma Facebook es tildada de “amenaza” a la democracia.
Entretanto Trump le está pagando a Facebook para propagar mensajes que critican a la red social que más usa: Twitter.
“Twitter está interfiriendo en la elección del 2020 al tratar de SILENCIAR a su presidente”, exclama uno de los casi 600 avisos que Trump ha colocado en Facebook.
“Es una marcada diferencia con respecto a lo ocurrido en el 2016”, analista en el Laboratorio Forense de Investigaciones Digitales del Atlantic Council, una institución académica en Washington.
“En las elecciones pasadas ninguna de las campañas le estaba mandado cartas a Facebook todo el día, eso no era tema de campaña. Ahora todo indica que lo es”, añadió.
Los estadunidenses hoy en día están alertas a cualquier interferencia en las redes sociales tras conocerse que agentes rusos colocaron avisos divisivos, crearon eventos políticos falsos e incluso usaron su propia divisa para comprar anuncios en Facebook dirigidos al público norteamericano durante la campaña del 2016. Varias investigaciones han llegado a la conclusión de que el Kremlin está nuevamente tratando de interferir.
Desde las elecciones pasadas, tanto Facebook como Twitter han prohibido toda desinformación relacionada con las elecciones, y han jurado detectar y silenciar cuentas falsas, ya sean nacionales o extranjeras. Antes de la campaña de este año, Twitter prohibió todos los anuncios políticos. Facebook, junto con Google, han empezado a difundir el origen del dinero usado para la compra de anuncios y han prohibido que ciudadanos de otros países compren anuncios políticos orientados a las elecciones estadunidenses.