Moscú. Decenas de miles de habitantes de la ciudad de Jabarovsk, en el extremo oriente de Rusia, volvieron a salir a la calle este sábado –por quinceavo día consecutivo– para protestar contra las imposiciones de Moscú, en la que puede considerarse la manifestación más numerosa desde que la repentina caída en desgracia del gobernador Serguei Furgal provocó el estallido de la ola de indignación popular.
Difícil saber con exactitud el número de personas que acudieron a la manifestación en apoyo de Furgal –trasladado a una cárcel de Moscú hasta que se le someta a juicio como presunto autor intelectual de dos asesinatos hace quince años–, pero la mayoría de testimonios disponibles (cotejados con muchas fotografías y videos) coinciden en señalar el carácter multitudinario de la protesta, que reunió a no menos de 50 mil personas, lo cual equivale a poco menos del 10 por ciento de los habitantes de la ciudad de Jabarovsk.
A las demandas de traer a Furgal a Jabarovsk –cesado por el titular del Kremlin, Vladimir Putin, bajo el argumento de “pérdida de confianza”– y celebrar allá un juicio justo y transparente del gobernador que eligieron hace dos años y que, según muestran las encuestas, estaba llevando a cabo una gestión que contaba con amplio respaldo de la población, los manifestantes exigen ahora que se vaya el gobernador interino, Mijail Degtiarov, nombrado por el mandatario ruso.
La marcha duró cuatro horas y terminó en mitin, en la céntrica plaza de Lenin, sin que la policía interviniera para dispersar a los congregados, que coreaban duras consignas contra el gobierno de Rusia y el presidente Putin.
Los oradores también pidieron la dimisión del representante personal de Putin en el distrito federal del extremo oriente, Yuri Trutniev, y del alcalde de Jabarovsk, Serguei Kravchuk, el único funcionario del partido oficialista Rusia Unida en un cargo relevante en la región.
Degtiarov, diputado de Samara, a orillas del Volga en el suroeste de Rusia, cuya trayectoria como legislador no guarda relación ninguna con el krai (territorio) de Jabarovsk, a miles de kilómetros de distancia, prefirió salir de su homónima capital este fin de semana para conocer el interior, no sin antes declarar a la televisión pública de Moscú que “entre los revoltosos hay extranjeros y provocadores profesionales que vinieron a desestabilizar la situación”.
El vocero del Kremlin, Dimitri Peskov, no se atrevió a ratificar la grave acusación de la presencia de instigadores extranjeros en Jabarovsk y dijo que “es natural que algunos seudo revolucionarios traten de sacar provecho de la situación allá”.
Como ha venido sucediendo, este sábado hubo acciones de solidaridad con Jabarovsk en Vladivostok, Yuzhno-Sajalinsk, Komsomolsk-na-Amure y otras ciudades del extremo oriente de Rusia.