Ciudad de México. La Red Nacional de Refugios (RNR) informó que de marzo a junio del 2020 brindó acompañamiento, atención integral y protección a 21 mil 74 personas a través de sus albergues, sus centros de atención externa, así como vía telefónica y redes sociales, representando un incremento del 71 por ciento en comparación con el mismo periodo del 2019.
Precisó que en esos meses los 69 refugios integrantes de la RNR atendieron a 14 mil 599 mujeres con sus hijos, un aumento del 81 por ciento. A través de sus líneas telefónicas y redes sociales orientó y dio atención a 6 mil 475 personas, de las cuales el 73.63 por ciento fueron féminas, el 16.13 por ciento instancias de gobierno y el 10.24 por ciento hombres, representando un aumento del 55 por ciento. Las llamadas y mensajes principalmente fueron desde la Ciudad de México y el estado de México (46 por ciento) seguidos de Chiapas, Coahuila, Hidalgo, Michoacán, Morelos, Puebla, Sinaloa, Guanajuato y Veracruz.
Los tipos de violencias que mayoritariamente se perpetraron contra las mujeres, según la información que proporcionaron las víctimas, fue violencia física 41.15 por ciento; emocional, 23.29 por ciento; económica y patrimonial, 5.46 por ciento, y sexual, 3.63 por ciento. “Un dato que sobresale es que en el mes de junio hubo un incremento del 2 por ciento en las mujeres que fueron víctimas de intento de feminicidio”, así como un aumento del 9 por ciento en las que refirieron sufrir todas las formas de violencias antes mencionadas, añadió.
En un reporte difundido hoy, la RNR señaló que las violencias en los hogares durante el confinamiento son una problemática que afecta y transgrede también a la población infantil. En este sentido expuso que el 46 por ciento de los hijos de las mujeres que pidieron apoyo sufrieron agresiones en sus casas, el 8 por ciento, más de 500 niñas, niños y adolescentes, fueron violentados sexualmente.
La RNR explicó que en los últimos dos meses observó que si bien existe un incremento del 52 por ciento en mayo y del 2 por ciento en junio en cuento a los mensajes y llamadas de auxilio, apoyo y orientación en relación con los mismos meses del año anterior, hay una disminución del 34 por ciento en comparación con los dos primeros meses de la cuarentena.
Sin embargo, expuso que esto “es un foco rojo” ya que “no es reflejo de una baja en las violencias familiares, al contrario, como lo hemos venido evidenciando y documentando, mientras más se alargue la etapa de confinamiento la vida de las mujeres y en su caso, la de sus hijas e hijos se encontrará en mayor riesgo, debido a que cada día se ven mayormente imposibilitadas a comunicarse y pedir auxilio al cohabitar con su agresor”. Indicó que víctimas “han mencionado que sus agresores les controlan los celulares y equipos de cómputo, aislándolas de redes de apoyo y limitando sus opciones de pedir ayuda”.
Expuso que en el mes de junio se incrementaron las llamadas y mensajes por parte de las redes de apoyo de las mujeres, de un 19 por ciento a un 31 por ciento del total de solicitudes, lo que significa que, 3 de cada 10 fueron realizadas por amistades, familiares y demás personas cercanas a la víctima.
La Red destacó que durante este periodo realizó 23 rescates “de mujeres y sus hijas e hijos que tuvieron que salir huyendo de sus casas en medio de la contingencia por la situación de riesgo que enfrentaban”, de los cuales 7 fueron en la Ciudad de México, 5 en el estado de México, 6 en Morelos, Puebla y Chiapas (2 en cada entidad) y 5 en Nayarit, Guanajuato, Guerrero, Quintana Roo e Hidalgo (1 en cada entidad).
Agregó que 2 de cada 10 mujeres que solicitaron apoyo a la RNR refirieron haber acudido con anterioridad a otra instancia estatal o municipal “sin recibir la ayuda esperada”. De igual forma, el 4 por ciento de las mujeres que ingresaron a Refugio refirieron haber sido informadas en instancias gubernamentales que estos espacios no estaban operando ante la contingencia.
Ante este panorama, la RNR hizo un llamado “urgente al gobierno mexicano para que presente una estrategia para prevenir, atender, eliminar y sancionar las violencias contra las mujeres que contemple acciones puntuales, intersectoriales y presupuestarias por encima de la austeridad republicana para atender los impactos y secuelas que el Covid-19 ha dejado y seguirá dejando en la vida de todas las mujeres”.