Ciudad de México. La distribución igualitaria de las tareas del hogar y de cuidado permiten tener mejores relaciones familiares y una disminución significativa de la violencia. Entre más participan los hombres en estas actividades, disminuye el riesgo de las mujeres de sufrir violencia emocional en 75 por ciento, y en 96 por ciento en cuanto a violencia sexual, afirmó la presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), Nadine Gasman.
En el conversatorio digital “Futuro Post-Covid: oportunidad de transformación”, refirió que datos de la Organización Mundial del Trabajo (OIT) arrojan que las mujeres trabajan el triple que los hombres en actividades de cuidado y domésticas.
Añadió que un reparto más equitativo del trabajo no remunerado permite a las mujeres tener una menor saturación de su tiempo y dedicarlo a otras actividades, desde tener un empleo hasta divertirse. “A los hombres les permite establecer vínculos afectivos más cercanos y desmarcarse de este rol de proveedor como única alternativa posible” para ellos, agregó.
Gasman señaló que el aislamiento social por la pandemia de Covid-19, es una oportunidad para que los hombres reflexionen “más allá de la cofradía masculina, sobre lo que significa ser hombres”.
Mencionó que “los modelos de masculinidad actuales, basados en la competencia o en la lucha por demostrar permanentemente quién está en la cima, representan una carga para los mismos hombres”. Esta exigencia social “impuesta y autoimpuesta” a los varones los ha colocado “en una posición aún más complicada, porque así proveedores no han podido cumplir con ese rol, y esto a lo que ellos están tan acostumbrados ahora ha estado cuestionado”, dijo.
En su turno, Gary Barker, director ejecutivo de la organización internacional Promundo, mencionó que los hombres que relatan que sus padres los cuidaban más, son un 1.5 veces más propensos a hacer lo mismo.
Sin embargo, alertó sobre el contexto actual y la situación de violencia que se vive en muchos hogares, ya que, según estudios, los niños que fueron testigos de agresiones, en su edad adulta son “2.5 veces más propensos a usar violencia contra su pareja”. Asimismo, dijo que las mujeres que fueron violentadas cuando eran niñas “son más propensas a estar en relaciones de ese tipo”.
Barker destacó que debido a la violencia a la que muchos menores están siendo expuestos en el contexto de la pandemia de Covid-19, “puede que también tengamos otra onda, años adelante” de esta situación, “a no ser que busquemos ya cómo apoyar y cómo romper esos ciclos”.