Shanghai. China vuelve este lunes a abrir sus cines de forma precavida, con boletos solamente vendidos en línea, distancia entre las butacas ocupadas y prohibidas las palomitas, pese a que la epidemia del nuevo coronavirus parece controlada en su territorio.
Los 70 mil cines habían sido cerrados a fines de enero para impedir la propagación de la Covid-19. Y, en mayo, las autoridades anunciaron brevemente la reapertura de las salas, antes de dar marcha atrás tras una serie de rebrotes de contaminaciones en Pekín.
En el complejo SFC en Shanghái, el personal limpiaba minuciosamente las butacas y las gafas 3D con paños empapados en desinfectante, antes de la primera sesión.
El director de la sala, Bao Yaopei, asegura haber recibido numerosas llamadas de clientes impacientes de poder "volver a sentir la felicidad que aportan las películas".
Lu Yonghao, uno de los primeros espectadores en volver a una sala oscura, no oculta su entusiasmo.
"Hace más de seis meses que no he visto una película" en el cine, explica a la AFP este joven de 25 años, que no ha dudado en "tomarse un día libre" para acudir a esta sala de cine, en gran parte vacía.
"Necesito al menos una película por semana para evacuar la presión de la vida cotidiana" asegura.
Por razones sanitarias. solamente 30% de los billetes disponibles pueden ser vendidos en cada sesión. En varias salas, los espectadores deben dejar dos butacas de separación entre ellos. Por lo demás, las consumiciones están prohibidas durante las proyecciones.