Ciudad de México. Jóvenes de América Latina, incluido México, demandaron una educación que “nos tome en cuenta, que habrá espacios para escuchar nuestras propuestas, porque la pandemia de Covid-19, lo que demostró es que todo lo que estaba mal en el sistema educativo, simplemente dejó de funcionar”, enfatizó Sofía Savoy, representante de Grupo Meta.
En el seminario virtual “Las voces de las y los jóvenes en el contexto del Covid-19”, convocado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) y la Oficina de las Naciones Unidas para la Protección de la Infancia (Unicef), así como diversas organizaciones entre ellas Save the Children, Saúl Zenteno Bueno, integrante del grupo principal de Naciones Unidas para la Infancia y la Juventud, destacó que los responsables de los sistemas educativos en la región deben “escuchar y tomar en cuenta las propuestas y proyectos de los jóvenes, porque no puede haber un sistema formativo sin nosotros”.
Por separado, Priscila Pérez, integrante de la Escuela de Liderazgo Político Plan Internacional de El Salvador, y Constanza Belén Huaquer, representante de la Red CONCAUSA 2030, señalaron que la pandemia “ha generado retos enormes, desde la falta de acceso a Internet, hasta el uso adecuado de plataformas y redes sociales, porque no sólo son los jóvenes, también fue evidente que los docentes no tenían los conocimientos para migrar de un sistema educativo escolarizado a uno virtual”.
María Alejandra Ferrer, de Grupo Diferente Iguales, de la RET Américas, señaló que “es un error pretender trasladar el aula presencial al espacio virtual, porque lo que enfrentamos son a profesores que se la pasan leyendo”. Al respecto, Daniel Cardozo, representante de País del Movimiento Latinoamericano y del Caribe, indicó que también el desempleo de los padres “está afectando las posibilidades de muchos jóvenes para mantenerse en las escuela”.
Destacó que la falta de ingresos de las familias está generando más presión en niños y adolescentes para sumarse a la fuerza de trabajo en el hogar. A lo que se suma las desigualdades sociales tanto en el acceso a las Tecnologías de la Información y la Comunicación, como a las condiciones en que los niños, adolescentes y jóvenes enfrentaron el confinamiento.
Sofía Savoy, estudiante universitaria invidente, destacó que para la población estudiantil con discapacidad la epidemia de Covid-19, no sólo ha afectado las oportunidades de continuar con sus estudios, ya que en las modalidades virtuales no siempre se han hecho adaptaciones para alumnos con discapacidad, también porque las condiciones de confinamiento “han afectado nuestra calidad de vida, ya que no todos contamos con los apoyos y ayudas que se habían entregado y que la emergencia suspendió”.
El llamado colectivo de los jóvenes, señalaron los expositores, es para que “se nos escuche, pero también para que reflexionemos sobre el futuro y la necesidad de que los aprendizajes que estamos obteniendo, tanto en las aulas como en el hogar, permitan la generación de un pensamiento crítico, que haga de esta crisis económica y social, una oportunidad de transformación”.