Madrid. Sin tener hasta ayer confirmado el traslado a México, Emilio Lozoya Austin, ex director de Pemex, durmió de nueva cuenta en una cárcel en España.

Esta noche pernoctará en la cárcel de Navalcarnero (también conocida como Madrid IV), confirmaron a La Jornada fuentes oficiales de Instituciones Penitenciarias del país europeo, quienes también aseguraron que su extradición voluntaria a México es inminente.

A su llegada, el ex funcionario será trasladado al Reclusorio Norte, donde el juez de control concedió la orden de aprehensión. Ahí tendrá una audiencia a puerta cerrada para evitar poner en riesgo la salud del acusado y de los asistentes. No obstante, el Consejo de la Judicatura Federal (CJF) adelantó que difundirá información en tiempo real.

Tomando en consideración los principios de publicidad, así como de presunción de inocencia, derecho a la privacidad e intimidad, el CJF tomó la determinación de informar y narrar lo que está sucediendo en la audiencia, en tiempo real y por el tiempo que dure, desde Comunicación Social del consejo, informó.

Las autoridades españolas prevén que el traslado se concrete este jueves, pero por motivos de seguridad, el día y la hora siguen manteniéndose en sigilo.

Lozoya Austin, uno de los hombres más cercanos al ex presidente Enrique Peña Nieto, quien aceptó ser extraditado a México y colaborar con la justicia en los numerosos casos abiertos en su contra por presunta corrupción, se encuentra encarcelado desde el pasado 2 de marzo en una celda de cuatro por dos metros, que comparte con otro recluso común y que además está en un módulo de presos regulares, con lo que tiene varias horas al día para ejercitarse, estudiar o hacer actividades al aire libre.

El avión enviado por la Fiscalía General de la República (FGR) para trasladarlo ya se encuentra en la nación ibérica, lo cual representa una medida excepcional adoptada por la restricción del tráfico aéreo comercial debido a la pandemia de Covid-19.

La Audiencia Nacional de España ya dio luz verde a su entrega a las autoridades mexicanas desde el día 8, una vez que se cumplió el plazo previsto por la ley para que se presentara algún recurso de apelación a la decisión original, la cual se basó en la decisión voluntaria del detenido de ser extraditado.

Esto permitió que no fuera necesaria la autorización del Consejo de Ministros ni que se superaran una serie de plazos fijados por la ley para garantizar el respeto de sus derechos como recluso.

El operativo de extradición dependerá de la coordinación entre los agentes policiales de España, de México y de la Interpol, que es el organismo que tiene la facultad de custodiarlo.