Ciudad de México. Los trastornos del sueño, los problemas de espalda y el sedentarismo han aumentado en México durante la epidemia de Covid-19, de acuerdo con especialistas universitarias.
Yoaly Arana Lechuga, investigadora de la Clínica de Trastornos del Sueño de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), señaló que el el insomnio es uno de los trastornos del sueño más exacerbados y está asociado a la ansiedad, el miedo y el estrés ante el coronavirus.
Adriana Echeverría, académica de la Escuela Nacional de Estudios Superiores (ENES) León de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) expuso que debido al confinamiento por la pandemia y la necesidad de trabajar en casa o gastar el tiempo libre, se incrementaron las horas que la gente pasa frente a la computadora o dispositivos móviles; esta circunstancia, aunada a las malas posturas, no ergonómicas, han aumentado el riesgo de padecer dolor lumbar.
Arana Lechuga explicó que para tratar los trastornos del sueño, los medicamentos no son la primera elección, pues lo ideal es no tomar inductores del sueño e iniciar una terapia cognitivo-conductual.
En la clínica de la UAM, añadió, ha puesto al servicio de la comunidad de la casa de estudios y público externo consultas personalizadas gratuitas a través de la plataforma Zoom.
La especialista aseguró que, a partir de reportes generados antes de la contingencia sanitaria, las mujeres de entre 30 y 50 años son quienes más padecen este mal y buscan ayuda, “lo que no significa necesariamente que padezcan más trastornos del tipo, porque en los hombres hay mayor presencia de apnea, ronquido y somnolencia”.
Adriana Echeverría indicó que en las últimas décadas, la adaptación de las actividades laborales al desarrollo tecnológico ha aumentado el sedentarismo; se estima que el tiempo que las personas están sentadas equivale a dos tercios de su jornada diaria. Entonces, el estrés mecánico sobre los músculos y articulaciones de la columna se ha convertido en el principal factor de riesgo para sufrir problemas como dolor lumbar, subrayó.
Algunos riesgos a la salud derivados de la falta de movimiento y la mala posición prolongada son la fatiga, problemas vasculares como hinchazón de piernas, deterioro de la condición física y afectaciones cardiovasculares asociadas.