La Paz. El gobierno de Bolivia fue sacudido por el nuevo coronavirus: la presidenta y al menos siete de sus ministros del gabinete dieron positivo, lo que sumó presión sobre la gestión interina y sembró dudas sobre unas elecciones reprogramadas para dentro de dos meses.
La presidenta conservadora Jeanine Añez, quien también es candidata para las elecciones previstas para el 6 de septiembre, dio positivo en la prueba de Covid-19 la semana pasada, aunque dijo que está bien y que continúa trabajando desde el aislamiento.
Los ministros de Economía, Asuntos Exteriores, Minería, Salud, Hidrocarburos y Presidencia también están infectados, el más reciente confirmado el martes. Otros afectados son la líder del Senado, Eva Copa, y decenas de subalternos. La mayoría son asintomáticos.
"Tengo miedo de estar aquí, mi cuerpo tiembla porque el contagio circula por todas partes", dijo el martes a los legisladores Sergio Choque, el líder de la Cámara de Diputados, quien agregó que había dado negativo "gracias a Dios".
"Siento pena por cada uno de ustedes que está arriesgando su vida hoy y los días anteriores".
La rápida propagación a través del gobierno reaviva las preguntas sobre las próximas elecciones, que son una reedición de los comicios de octubre del año pasado, invalidados luego de protestas generalizadas ante las denuncias de fraude.
Tras la extensión de las protestas y la rebelión de las fuerzas armadas, el líder izquierdista Evo Morales renunció a la presidencia.
Añez tomó el poder en medio de un vacío político, comprometiéndose a mantener nuevas elecciones rápidas para ayudar a calmar los enfrentamientos que habían estallado en todo el país. Pero generó amplias críticas cuando anunció que sería candidata a la presidencia, después de que ella se hubiera descartado previamente.
Bolivia, una nación con 11.5 millones de habitantes, sufrió una multiplicación de casos de coronavirus, lo que abrumó algunos hospitales y provocó protestas de los trabajadores médicos y revueltas como la de la ciudad de Cochabamba, iniciada tras verse un cuerpo abandonado en la calle.