°C -
|

La Jornada

Últimas noticias
Anuncio
Anuncio

Proyecto Gusanos de la Memoria cumple 10 años en Guerrero

Imagen
Hubert Matiúwàa es uno de los integrantes del proyecto. Foto tomada de su Facebook.
15 de julio de 2020 19:19

Ciudad de México. El proyecto cultural Gusanos de la Memoria surgió hace 10 años de manos de un grupo de egresados de la Universidad Autónoma de Guerrero oriundos de la región de La Montaña, hablantes del idioma mè' phàà, que se vio en la necesidad de recuperar y repensar la memoria oral de su lengua ya que en la casa de estudios no habían encontrado materiales que siquiera hicieran referencia a su pensamiento.

Ante esa carencia, expresa el poeta y cuentista Hubert Matiúwàa (Malinaltepec, Guerrero, 1986), “decidimos regresar a nuestras comunidades para hacer un trabajo de sistematización de la memoria oral, de preguntarnos a nosotros mismos qué somos”. En una primera etapa conformaron círculos de lectura. En 2017, Matiúwàa vio la necesidad de organizar talleres literarios en lenguas indígenas para rescatar la oralidad, para lo que se coordinó con los maestros de la región, de telebachillerato, por ejemplo.

Con su quinto libro de poesía, Mbo Xtà ridà/Gente piel/Skin people, edición trilingüe, se inaugura el sello editorial de Gusanos de la Memoria, en coedición con Ícaro, editorial guerrerense de poesía. El libro será presentado el jueves 16 a las 18:00 horas en la página de Facebook de Gusanos de la Memoria, con la participación de Elizabeth Susman Anguamea, Ulber Sánchez, Anya de León, Salvador Jaramillo y el autor.

Para el entrevistado el acto de escribir es “un hecho de hacer memoria del lugar en donde uno está. Piensas en lo que quieres contar de la mano con el lugar donde creciste, tu idioma; todo esto tiene que ver con la identidad de lo que uno es”.

Al cursar una maestría en Estudios Latinoamericanos en la Universidad Nacional Autónoma de México, en una investigación sobre la cultura mè'phàà se dio cuenta que ésta estaba relacionada con el piel, aunque de una manera negativa. Una imagen de “malos y caníbales” generó una narrativa de odio contra los mè'phàà. La madre de Matiúwàa, sin embargo, le contaba las historias de otras maneras.

Entonces, quiso escribir un libro para voltear la mirada del discurso de terror hacia una distinta en que “estos personajes son creadores del mundo con la capacidad de estirar la piel. Por ejemplo, extender la oreja para hacer su cama, o la cabeza para taparse con la cobija”. Siempre cargaban un tronco lleno de abejas cuyo ruido, decían, era el llanto de sus hijos”. Gente piel es un poema basado en un cuento.

Para la cultura mè'phàà la idea de la piel es su matriz ético porque por medio de esta palabra nombran el mundo. Los verbos estar y vivir tienen su raíz en la palabra piel. Todo tiene piel, acota el entrevistado.

En sus libros Matiúwàa ha abordado temas diversos. El primero, Xtámbaa/Piel de tierra (2016), está dedicado a Mauricio Ortega Valerio, estudiante mè'phàà, de la comunidad de Malinaltepec, uno de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa.

Tsína rí nàyaxà/Cicatriz que te mira (2017) habla sobre los estragos del narcotráfico en La Montaña, específicamente entre el empleo de los niños en los campos de amapola. Las sombrereras de Tsítsísiín (2018) obtuvo el V Premio de Literaturas Indígenas de América. Cordel torcido/Mañuwìín (2018) narra la transformación de la vida de las personas con la llegada de elementos de modernidad, tan sencillos como una tortillería, y la violencia. Es la mirada de Matiúwàa de cómo su pueblo se transformó.

 

 

 

El festival Abril "surgió en un contexto en el que a nadie le interesaba la fotografía"

Ygnacio Rivero Bulnes coordina el libro que cuenta la historia del encuentro en el que hace casi 40 años seis artistas 'tomaron' durante un mes los espacios culturales de Mérida.

Evelina Gil / Elena Poniatowska

La rebeldía fue el motor principal de mi literatura temprana, porque a mi alrededor todo se oponía a mi vocación, empezando por miembros de mi familia.

Miles celebran el solsticio de invierno en Stonehenge

El 21 de diciembre es uno de los pocos días del año en los que los visitantes pueden tocar las piedras, alineadas sobre el eje del sol en los solsticios de verano e invierno.
Anuncio