Casi imposible de ocurrir sin el calentamiento global provocado por el hombre, la extraña ola de calor siberiano de este año está produciendo la huella más evidente de clima extremo relacionada con el cambio climático, según un estudio difundido el miércoles.
En su estudio, científicos de diversos países encontraron que el efecto invernadero incrementó al menos en 600 veces la posibilidad de un calor prolongado en la región, y quizá decenas de miles de veces. En el estudio, que no ha sido revisado por pares, el equipo examinó las altas temperaturas de enero a junio en Siberia, donde un día alcanzaron los 38 grados Celsius (100° Fahrenheit), un nuevo récord en el Ártico.
Los científicos de Gran Bretaña, Rusia, Francia, Holanda, Alemania y Suiza utilizaron 70 modelos climáticos que efectuaron miles de simulaciones que compararon las condiciones actuales con las de un mundo sin el calentamiento causado por la quema de carbón, petróleo y gas. Encontraron que, sin cambio climático, el tipo de calor prolongado que afecta a Siberia ocurriría una vez en 80.000 años, siendo “imposible sin la influencia humana”, dijo el principal autor del estudio, Andrew Ciavarella, científico de la Oficina Meteorológica de Gran Bretaña.
Este estudio —coordinado por el programa World Weather Attribution— se efectuó en dos semanas y no ha sido publicado en ningún medio científico importante. Pero los investigadores especializados en estos estudios en tiempo real para buscar huellas del cambio climático en sucesos extremos, por lo general difunden después sus trabajos en alguna publicación con revisión paritaria y utilizan métodos que según científicos externos son estándar y están probados. En su anterior trabajo, la WWA encontró que algunos fenómenos meteorológicos extremos no se debieron al cambio climático.
Sin embargo, la ola de calor siberiana de 2020 sobresalió entre las muchas estudiadas, dijo la colíder del equipo de asignación, Friederike Otto, directora interina del Instituto del Cambio Ambiental de la Universidad de Oxford.
“Definitivamente a partir de todo lo que hemos hecho esto es la señal más fuerte que hemos visto”, afirmó Otto.
El equipo examinó las temperaturas promedio en Siberia de los primeros seis meses del año, cuando promediaron 5° C (9° F) arriba de lo normal y se registró la máxima de 38° C (100° F) en junio en la ciudad rusa de Verkhoyansk. Ninguna podría haber sucedido en un mundo sin gases de efecto invernadero derivados de la quema de combustibles fósiles, afirmó Ciavarella.
Los científicos dijeron que el calor se sumó a los problemas de los amplios incendios forestales, brotes de plagas y el derretimiento del permafrost que causó un enorme derrame petrolero en un oleoducto. El derretimiento del permafrost también puede causar la liberación de enormes cantidades de gases de efecto invernadero atrapados bajo el suelo congelado, lo que podría agravar el calentamiento, dijeron los investigadores.
Al menos 10 científicos externos consultados por The Associated Press dijeron que este estudio era científicamente sólido, porque utilizó técnicas establecidas y adecuadas.