Para detonar la producción de frijol en el sur-sureste del país, es necesario asesorar a pequeños propietarios, tener un acercamiento con ellos, y despertar su interés por el uso de semillas biofortificadas para la nutrición de los niños, debido a los elevados índices de anemia y desnutrición que se presentan en esa zona.

Así lo consideró, el especialista agroindustrial Aristóteles Vaca Pérez, al participar en el taller virtual regional sur-sureste, sobre la Adopción de Semilla Mejorada y Biofortificada, en el que se reveló que en esa región se siembran 250 mil hectáreas de diversos cultivos.

De acuerdo con Vaca Pérez, uno de los principales problemas para la adopción de semillas mejoradas será el tamaño del productor, además que en la Península de Yucatán es muy reducida y para autoconsumo, y en Palenque, Chiapas, muchos han dejado de lado la producción de frijol para enfocarse en el maíz.

El especialista en agroindustria, subrayó que en la cuenca del Papaloapan se tiene buenas condiciones para tener buen rendimiento del frijol, y solo faltaría ver que variedades serían las mejores y tener acceso a semillas mejoradas con asesoramiento adecuado.

Para Vaca Pérez es necesaria “una vinculación con los estados del norte del país para la producción de frijol, lo que permitiría incrementar la producción a nivel nacional y ser autosuficientes, con las variedades mejoradas, así como tomar en cuenta los estudios de potencial productivo, que resolverían el problema de productividad del frijol en el sur sureste, y se incluya el manejo agronómico”.

“Los principales problemas que afectan la producción del frijol en Chiapas, Veracruz y Oaxaca, es la sequía, tanto en siembras de temporal de verano y en otoño invierno, además de la siembra en suelos ácidos, así como la prevalencia de diversas enfermedades”, lo que hace necesario el mejoramiento genético, y evaluar el uso de biofertilizantes, con prácticas de conservación y resistencia a factores bióticos y abióticos”, concluyó Vaca Pérez.