Ciudad de México. Ante el contexto social que vive el país, la Arquidiócesis de México hizo votos para que tanto gobierno, ciudadanos, jerarquía católica y feligreses, “nos volquemos con honestidad a nuestra realidad y aprovechemos con valentía nuestras oportunidades”.
En la editorial que publica hoy en el semanario Desde la Fe, señaló que la realidad de los mexicanos “no está en los discursos de halago o en las caras de diplomática sonrisa; más bien nos cala ante la violencia creciente o el desempleo permanente”. Tampoco se basa “en números de encuestas o calificativos ingeniosos. Nuestra realidad es que el semáforo epidemiológico está en naranja y nos empeñamos en actuar como si fuera verde”.
Indicó que la Iglesia puede instar a seguir orando en busca de soluciones, “pero más invitamos a poner nuestro empeño para que la oportunidad no se desinfle en un instante. Cuando asumamos nuestra realidad en pleno y no a retazos, se logrará un cambio real y permanente, y la pandemia nos está dando la oportunidad de mostrar la mejor versión de nosotros mismos, de crecer por convicción y no por decreto”.
La Arquidiócesis que encabeza el cardenal Carlos Aguiar Retes expuso que tiene el ánimo de volver pronto a las actividades ordinarias, pero no podrá regresar a ellas igual que antes. “Es prioritario que asumir las disciplinas sanitarias o certificaciones formales nos eleven por encima de gustos y urgencias”.
“Desde nuestra realidad podremos decir: ‘Así somos’, pero nuestra oportunidad nos está gritando: ‘¿A dónde quieres llegar?’” , añadió.
Pidió a los fieles no dejar de autosorprendenrse “por la realidad escurridiza y cambiante o por nuestra idiosincrasia festiva y pachanguera, por las vueltas que da la vida, como dice la canción. Siempre enfrentando la vida, siempre mostrando nuestra calidad más sublime y también mostrando el cobre, como solemos decir. Siempre adornando la tragedia, siempre cantando el amor o el desamor, siempre con las ganas de ganar y siempre con el resultado que pudo ser mejor”.
En tanto, en la misa dominical a puerta cerrada que celebró el cardenal Aguiar Retes en la Basílica de Guadalupe, dijo que los sufrimientos en sí mismos nunca son deseables, pero siempre en algún momento de la vida se hacen presentes “e incluso en ciertas etapas, como lo hemos vivido en la pandemia, se intensifican, causando miedo, incertidumbre, preocupación y angustia”.
Añadió que ante “el desorden egoísta que lleva a la esclavitud que desencadena el pecado, encontramos tres palabras claves: esperanza, liberación, y libertad”.
También se refirió al desafío actual para transmitir la fe católica a las nuevas generaciones y urgió “que seamos buena tierra para dar testimonio elocuente y convincente del inmenso valor de la fe cristiana, con la que ciertamente transformaríamos nuestra sociedad en una comunidad fraterna, solidaria y justa, donde el respeto a la dignidad de todo ser humano se garantizaría”.