Ciudad de México. Nuevamente la Arquidiócesis Primada de Mexico postergó la fecha para la “reapertura del culto público”, luego de que se suspendiera a causa del COVID-19.
El obispo auxiliar y vicario general de la Arquidiócesis Primada de México, Salvador González Morales, informó que ahora la fecha es el 20 de julio, pero advirtió que será gradual. No todas las parroquias podrá abrir en esa fecha, en virtud del nivel de contagios en cada alcaldía.
El 26 de junio pasado el religioso había dado a conocer que la reapertura sería el 13 de julio próximo en la demarcación religiosa.
Antes se había previsto que fuera el 29 de junio, pero las condiciones de la epidemia en la Ciudad de México hicieron imposible reiniciar las misas presenciales en esa fecha.
Esta noche, González Morales notificó a los fieles y al presbiterio el nuevo cambio.
“En acuerdo con las diversas instancias gubernamentales y sanitarias, queremos brindar la mayor protección posible a todos los fieles y clérigos de nuestra Arquidiócesis. Por esta razón, en diálogo con las autoridades de la Ciudad de México se ha considerado oportuno realizar la previsible reapertura del culto público a partir del lunes 20 de julio”.
Añadió que “para garantizar que esa fecha sea efectiva, hemos convenido que será pertinente la verificación de parte de las autoridades sanitarias, del funcionamiento del protocolo que hemos llamado Orientaciones y criterios para el retorno gradual a las celebraciones litúrgicas con asistencia de fieles. Dicha verificación tendrá lugar durante la próxima semana del lunes 13 al 18 de julio, sin cobro alguno”.
Detalló que las comunidades parroquiales, Rectorías y Capillas que obtengan la verificación aprobatoria serán las que podrán iniciar actividad de manera gradual a partir del 20 de julio”. Precisó que “los templos que se encuentran en las colonias de alto nivel de contagio, señaladas por el Gobierno de la CDMX con semáforo rojo, tendrán que esperar un poco más de tiempo para la reapertura del culto”.
Agradeció “la comprensión y colaboración para que vayamos con prudencia y cautela en este delicado momento. La mirada maternal de Santa María de Guadalupe siempre nos acompaña y nos llena de esperanza. Y así como Ella nos pide confianza ante la adversidad y obediencia a su petición, también espera nuestra actitud responsable, tanto para el cuidado propio, como para el cuidado de los demás”.