Washington. La deuda pública global va a tocar un máximo histórico en 2020 debido a los esfuerzos de los gobiernos para impedir un colapso económico por la pandemia del coronavirus, pero el FMI advirtió este viernes que recortar el gasto público muy pronto podría descarrilar la recuperación.
Gita Gopinath, economista jefe del Fondo Monetario Internacional (FMI), y Vitor Gaspar, director del Departamento de Finanzas Públicas, alertaron que va a ser necesario que el gasto público siga "estando de apoyo y que sea flexible hasta que se haya asegurado una salida duradera de la crisis".
Pese a que las tasas de interés están en mínimos en todo el mundo, la deuda pública alcanzará este año un máximo histórico y sobrepasará el tamaño de la economía global. Se prevé que el déficit de los Estados sea cinco veces más grande de lo que se estimaba para 2020 antes de la pandemia.
La crisis sanitaria y el confinamiento para contener un virus para el cual no hay vacuna demandaron una "inmensa respuesta fiscal" cercana a los 11 billones de dólares para ayudar a los hogares e impedir quiebres de empresas.
"Pero las políticas de respuesta también contribuyeron a que la deuda pública global llegue a su máximo nivel en la historia y se ubique por encima de 100 por ciento del PIB global", señalaron los altos cargos del FMI.
Y ambos advirtieron: "Todavía no estamos fuera de peligro".
La entidad multilateral con sede en Washington, que históricamente ha defendido los recortes en el gasto público, está en una posición poco habitual de instar a los gobiernos a dar liquidez a la economía y al mismo tiempo de advertir sobre los obstáculos que quedan en el camino, especialmente si hay un repunte de los casos.
"Si bien la trayectoria de la deuda podría seguir aumentando (...) una reducción de la presencia fiscal más temprana a lo que se justifica representa un riesgo aún más grande para la recuperación, con aún mayores costos fiscales", agregaron los economistas.
Una transformación "profunda"
Después de la crisis financiera global de 2008, muchos gobiernos recortaron su plan de estímulo al primer signo de una estabilización de sus economías, lo que llevó a una recuperación más lenta.
Para los economistas ahora "está clara la necesidad de un apoyo fiscal continuo", aunque apuntaron que los países van a tener que encontrar una forma de financiar estos estímulos, sin que la deuda se convierta en algo insostenible.
Entre las recetas que citaron los economistas está una mejora de la recaudación de impuestos, una reforma impositiva para hacerlos más progresivos, para que quienes tienen más paguen más, y eliminar los subsidios para el combustible.
Además, los economistas señalaron que en vistas de la "profunda" transformación de las economías, los gobiernos deberían enfocar sus esfuerzos en sectores que vayan a sobrevivir a la crisis.
"Incluso aunque muchos países salgan tímidamente de este gran confinamiento, ante la ausencia de una solución a la crisis de salud, siguen habiendo grandes incertidumbres sobre el camino hacia la recuperación", dijeron los expertos que advirtieron que muchos de los empleos destruidos por la crisis "probablemente no se recuperarán".