El Presidente Andrés Manuel López Obrador, al concluir las reuniones de trabajo con su contraparte Donald Trump y su gobierno, resumió la visita así: “fallaron los pronósticos, no nos peleamos, somos amigos, y vamos a seguir siendo amigos”; su anfitrión coincidió afirmando que tanto en México como Estados Unidos “han aprendido a no apostar en contra de nosotros”, en referencia a su “gran” relación con su “amigo”.
Trump recibió a López Obrador en la puerta de su Casa Blanca donde realizaron una visita de trabajo, se comprometieron a un futuro próspero con base en la cooperación bajo el nuevo tratado de libre comercio, el estadunidense declaró su admiración por los mexicanos, y el mexicano le agradeció a su anfitrión el reconocimiento de la soberanía de México como el respeto a los mexicanos de ambos lados de la frontera.
La agenda de la visita de trabajo incluyó primero una reunión entre los dos mandatarios, seguida por otra en la que se incluyeron sus respectivas comitivas y culminó en una cena donde los presidentes fueron acompañados por empresarios de ambos países.
Al firmar su declaración conjunta en el Jardín de Rosas de la Casa Blanca, con las banderas de ambos países flanqueándolos, los mandatarios ofrecieron breves discursos en que alabaron su cooperación, su respeto mutuo. enfatizaron al nuevo tratado de libre comercio (T-MEC) como fundamento para generar empleo y prosperidad.
López Obrador, después de explicar los beneficios y virtudes de la cooperación económica bajo el nuevo acuerdo entre los tres países de América del Norte, le declaró a su anfitrión que “como en los mejores tiempos de nuestras relaciones políticas, durante mi mandato como presidente de México en vez de agravios hacia mi persona, y lo que estimo más importante, hacia mi país, hemos recibido de usted comprensión y respeto”.
Al agradecer la ayuda de Trump en asuntos de comercio, petróleo y en la adquisición de equipos médicos, López Obrador añadió que “lo que más aprecio es que usted nunca ha buscado imponernos nada que viole o vulnere nuestra soberanía. En vez de la doctrina Monroe usted ha seguido el consejo de George Washington quien advertía que las naciones no deben aprovecharse del infortunio de otros pueblos. Usted no ha pretendido tratarnos como colonia sino que, por el contrario, ha honrado nuestra condición de nación independiente”.
El mandatario mexicano le comentó a su contraparte, frente a las comitivas y periodistas seleccionados bajo un intenso sol, que “ahora que decidí venir a este encuentro con usted presidente Trump, en mi país se desató un buen debate sobre la conveniencia de este viaje. Yo decidí venir porque… es muy importante la puesta en marcha del tratado pero también quise estar aquí para agradecerle al pueblo de Estados Unidos, a su gobierno y a usted presidente Trump por ser cada vez más respetuoso con nuestros paisanos mexicanos”.
Abundó: “por eso estoy aquí para expresar al pueblo de Estados Unidos que su presidente se ha comportado hacia nosotros con gentileza y respeto. Nos ha tratado como lo que somos: un país y un pueblo digno democrático y soberano”.
López Obrador recordó como ejemplos históricos de una buena relación en tiempos complejos el caso de Benito Juárez y Abraham Lincoln, también el caso del general Lázaro Cárdenas y Franklin Roosevelt, incluyendo mención sobre el respeto del estadunidense a la decisión para nacionalizar el sector petrolero (tema que de nuevo está en la mesa por la reapertura de ese sector a la inversión extranjera).
El presidente mexicano abordó el tema de los mexicano-americanos en Estados Unidos, indicando que la “comunidad de cerca de 38 millones de personas incluyendo a los hijos de padres mexicanos se trata de una comunidad de gente buena y trabajadora que vino a ganarse la vida de manera honrada… que mucho ha aportado al desarrollo de esta gran nación”.
Por su parte, Trump, proclamó que “tenemos una relación sobresaliente” y haciendo eco de su invitado indicó, “la gente apostaba en contra de esta relación, pero jamás ha sido más estrecha, más cercana”, con una relación basada en “confianza mutua, respeto mutuo”. Consideró que “estamos haciendo un trabajo tremendo juntos” y afirmó que el T-MEC es el tratado de comercio “más grande jamás elaborado”.
Indicó que comparte con su invitado el hecho de que “ambos hemos sido electos para luchar contra la corrupción, retornar el poder a los pueblos, y fortalecernos [como países]”.
Reconoció y alabó a la “increíble” comunidad mexicana-americana -que el calculó en 36 millones- quienes “fortalecen” a las comunidades, y que “son sumamente exitosos, como usted, negociantes firmes y grandes personas de negocio, señor Presidente”.
Añadió que se está trabajando de manera conjunta para lograr “migración segura, humana y legal y hemos sido ayudados por México en crear números sin precedente, en términos positivos, en nuestra frontera sur” al hablar de frenar el flujo migratorio.
Subrayó que está construyendo la relación bilateral de manera “que nunca se ha hecho antes”.
Antes de la reunión en una conferencia de prensa esta mañana, el secretario de Estado Mike Pompeo reiteró que se abordarían una amplia gama de temas, pero hizo mención específica de “lo que está ocurriendo en Venezuela hoy día” -no se sabe si el tema fue discutido.
En la cena con que culminó la visita, acto privado sin prensa, los 12 empresarios estadunidenses incluyeron a ejecutivos de Shell Oil, Cabot, Sempra entre otros de la industria petrolera -un sector que ha solicitado al gobierno de Trump presionar al mexicano por la incertidumbre de nuevos reglamentos para inversiones extranjeras -como altos ejecutivos de Ford, General Motors, Blackstone, Intel, entre otros.
Por su parte, asistieron 10 empresarios mexicanos incluyendo Carlos Slim, Bernardo Gómez, Ricardo Salinas Pliego, Miguel Rincón, Francisco González, Patricia Armendáriz, Carlos Bremer, Carlos Hank González, Olegario Vázquez Aldir y Daniel Chávez, según la lista oficial de la Casa Blanca.
Del gobierno anfitrión, asistieron los secretarios Pompeo, Steve Mnuchin del Tesoro, Wilbur Ross de Comercio, Robert Lighthizer, Representante de Comercio, junto con el vicepresidente Mike Pence, el jefe de gabinete Mark Meadows y los asistentes del presidente Jared Kushner, Larry Kudlow, Stephen Miller (arquitecto principal de la política de migración), y Mauricio Claver-Carone, entre otros.