Nueva York. En su primera visita a Washington como presidente, Andrés Manuel López Obrador inició el día colocando ofrendas florales ante los monumentos a Benito Juárez y a Abraham Lincoln y algunos mexicanos se acercaron a esos sitios para darle la bienvenida y corear “es un honor estar con Obrador”, mientras líderes migrantes y políticos demócratas continuaron criticando la visita.
Horas antes de su llegada a la Casa Blanca para su visita de trabajo con Donald Trump, el mandatario mexicano hizo su tributo a las dos figuras del siglo 19 que fueron contemporáneos, como símbolo que sería empleado después en la reunión con su anfitrión para resaltar a esos héroes de sus respectivos países como ejemplos de una relación bilateral de altura.
Los simpatizantes, algunos de los cuales llegaron desde el martes en la noche a la embajada de México ubicada a unas cuadras de la Casa Blanca para ofrecer mensajes de bienvenida, se trasladaron después frente a la Casa Blanca donde, incluso con mariachi, continuaron expresando su solidaridad con López Obrador.
El presidente no tuvo mayor interacción con ellos más allá del envío de saludos y abrazos simbólicos por el mandatario, ni con algunos líderes de organizaciones de inmigrantes que llegaron con la esperanza de verse con el presidente.
También continuaron las expresiones de protesta, incluso algunas virtuales, a la visita por una diversa gama de organizaciones que criticaron la visita tanto por su repudio al antimigrante presidente estadunidense como por no ser incluidos en la agenda de trabajo de López Obrador en este viaje.
“Este no es un día de celebración, sino de vergüenza binacional”, afirmó Ángelica Salas, directora de CHIRLA en Los Ángeles, al reprobar la visita a un presidente antimigrante y antimexicano, enumerando varias de sus políticas y consecuencias. CHIRLA consideró que la visita “es sal en el orgullo herido de inmigrantes mexicanos quienes sufren redadas… separación de familias en cárceles de inmigrantes, y discriminación y racismo…”.
Por otro lado, también continuaron las críticas a la reunión bilateral de políticos demócratas. El diputado Eliot Engel, presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores de la cámara baja criticó las políticas antimigrantes y contra México de Trump en una serie de tuits, concluyendo que “al escuchar al gobierno [de Trump] pintar de rosa los vínculos entre Estados Unidos y México hoy día, no olvidemos que la política hacia México de Trump ha sido un fracaso total y ha causado daños incalculables a la gente real de ambos lados de nuestra frontera”.
Algunos analistas y diplomáticos retirados estadunidenses siguieron expresando dudas sobre los tiempos y propósitos concretos del viaje. La ex embajadora de Estados Unidos en México, Roberta Jacobson dijo que se tiene que pensar “en cómo este viaje será usado por Trump” y que tampoco queda claro exactamente “para qué fue este viaje” para López Obrador, ya que no había ninguna urgencia. Sin “resultados concretos” más allá de una declaración, es más bien “una oportunidad perdida”, mientras que uno se tiene que preocupar por “las consecuencias no intencionadas” de la visita por no incluir reuniones con otras fuerzas políticas, en particular el liderazgo demócrata, en una coyuntura electoral, comentó en un foro del Wilson Center sobre el viaje.
Por otra parte, analistas como el profesor Raúl Hinojosa de la Universidad de California señalan en nuevas investigaciones que los más afectados por el manejo político de la pandemia en este país son los inmigrantes indocumentados mexicanos, tanto por los efectos de salud como por las consecuencias económicas, y por la negación de toda asistencia, pero su situación no estaba sobre la mesa en la Casa Blanca hoy.