Ciudad de México. Las videollamadas que realiza personal del Centro de Convivencia Familiar Supervisada (Cecofam) del Poder Judicial para la convivencia de padres en conflicto legal resultaron “una herramienta valiosa” en la emergencia sanitaria, al ser una alternativa para que el encuentro entre la pareja que no tiene la custodia con los hijos no se interrumpa, dijo la coordinadora de Intervención Especializada para Apoyo Judicial, del Poder Judicial, Mariana Ortiz Castañares.
Del 11 de mayo a la fecha se han realizado 220 reuniones virtuales, que corresponden a 80 familias; en tanto que en otros 40 casos las videollamadas se cancelaron por diferentes motivos, entre los que se encuentran fallas en la conexión de internet, desperfectos en la computadora, falta de energía eléctrica y desacuerdos de último momento de alguno de los participantes que se explica por el recrudecimiento del conflicto.
A pesar de que el total de familias que son atendidas por los Cecofam ascienden a mil 500, Ortiz Castañares se dijo optimista de la interacción con 80 de ellas, porque no todos los padres conocen la nueva modalidad del programa, al que desde hace casi dos meses se puede acceder a través del portal del Poder Judicial.
Lamentó que aún con la pandemia existan casos en los que la falta de voluntad de algunos tutores prevalezca: “nos enfrentamos a que muchas de las personas no están dispuestas a generar cambios, a hacer transformaciones profundas en su vida para poder generar y construir cosas positivas en sus hijas y en sus hijos”.
“Desafortunadamente seguimos viendo que en muchos de los casos esto es una forma de poder seguir generando violencia en contra de las ex parejas para no permitir estos encuentros entre los hijos; sin embargo no ha quedado esfuerzo alguno sin cumplirse por parte del Poder Judicial en esta visión sensible y humana “, expresó.
Detalló que el personal encargado de la supervisión realiza los enlaces o muy temprano o casi en horas de la madruga a petición de los padres, quienes en ocasiones justifican esos horarios ante la falta de tiempo.
“Hay situaciones que salen totalmente de nuestras posibilidades en donde nosotros no podemos forzar ni obligar a que la persona cuente con la tecnología o tenga esta voluntad de participar en estos encuentros”, dijo.
Relató el caso de un padre recurrió al uso de preguntas y respuestas con su hija de seis años, con lo que logró captar su atención durante los 45 minutos destinados a la videollamada, además de que, previo acuerdo con la ex pareja, presentó a la menor a su medio hermano, un bebé recién nacido, cuya situación no se permite en los encuentros físicos que se realizan en las instalaciones del TSJ.
En contraste, recordó que un adolescente rechazó participar en el encuentro virtual, porque no se le consultó, con lo que el supervisor dio por concluida la reunión virtual.
La especialista adelantó que cuando el semáforo epidemiológico sea verde la herramienta tecnológica se convertirá en un complemento de los encuentros físicos de convivencia familiar, lo cual resultará en algo positivo que dejará la pandemia.