La Coordinadora Nacional Plan de Ayala Movimiento Nacional (CNPA-MN) expresó su rechazo a la iniciativa de reforma a la Ley Federal de Variedades Vegetales (LFVV) planteada por el diputado, Eraclio Rodríguez, presidente de la Comisión de Desarrollo y Conservación Rural, Agrícola y Autosuficiencia Alimentaria, pues aseguró que va en contra de la soberanía alimentaria nacional.
“Hacemos un llamado a las y los integrantes de la Cámara de Diputados a no aprobar la reforma a la LFVV, preservar la soberanía alimentaria nacional”, expuso Wilfrido Hernández Jarquín, vocero de la CNPA-MN.
Esa iniciativa de ley pretende establecer un “marco legal para la introducción de semillas transgénicas en beneficio de las grandes empresas trasnacionales como: Bayer-Monsanto, Pioneer, Syngenta y Dow”.
Agregó, de aprobarse la citada ley se “criminalizará” a los campesinos e indígenas que intercambien libremente las semillas ya que contempla “costosas multas, penas de cárcel e incluso la quema de las cosechas” como lo ha denunciado la campaña nacional Sin Maíz No hay País.
Señaló que el T-MEC exige a México una nueva modificación legal para adherirse a las disposiciones del Acta UPOV 91 (Unión Internacional para la Protección de Obtenciones Vegetales).
Ello conllevaría a patentar semillas nativas y por lo tanto a su privatización perdiendo la soberanía sobre los recursos genéticos y variedades biológicas, imponiendo patentes sobre genes y variedades vegetales; limitando el uso e intercambio de semillas entre agricultores y prohibiendo la derivación de las variedades o la generación natural de nuevas variedades a través de la agricultura campesina como ha sucedido por miles de años, advirtió.
Además es "el marco jurídico de la semilla", que obligaría a México a reconocer el sistema de patentes norteamericano, además de adherirse a UPOV 91, el capítulo 18 obliga a México a incorporarse al tratado de Budapest que se refiere a virus, enzimas y hongos. El combinado de estas disposiciones "termina por controlar completamente la vida” la cual estaría en manos de empresas oligopólicas”.
Esta ley fue aprobada por primera vez el 25 de octubre de 1996 como parte de las condiciones que México aceptó con la firma del Tratado de Libre comercio de América del Norte (TLCAN) en 1994 y que llevó a que el país se adhiriera al acta UPOV78 como marco de legislación para su semilla.
A pesar de ello, la actual LFVV reconoce la diversidad biocultural, la soberanía alimentaria y el libre intercambio de semillas.
Esta reforma "afecta directamente la diversidad genética y extiende los derechos de las semillas patentadas incluso a los productos que genera la variedad patentada", ha señalado el doctor Alejandro Espinosa, experto en genética y fitomejorador de maíz, quien catalogó como un “Caballo de Troya” a esta obligación para México contenida en el nuevo tratado comercial.