Ciudad de México. Con todas las medidas de seguridad sanitaria en la mayoría de los casos, inclusive con acrílicos entre las barras y las mesas para evitar la propagación del nuevo coronavirus, comenzó la reapertura de restaurantes en distintos puntos de la Ciudad de México, que lucieron semivacíos, tanto en su interior como en las terrazas.
Tras más de tres meses de cierre parcial, sin distinción cadenas de restaurantes o independientes, de prestigio o populares como El Cardenal, Salón Luz, El Danubio, Argentalia, La Casa del Pavo, Santa Rita y el Café Gante, en el Centro Histórico, corrieron con la misma suerte, pues los meseros esperaron la llegada de clientes, sin mucho éxito.
Los comensales, que fueron recibidos sin música ambiental, pero con códigos QR para ver el menú y la disposición de alcohol gel, tapetes sanitizantes y personal provisto de carteras y cubrebocas, así como mesas confinadas para guardar la sana distancia, cayeron a cuentagotas.
Mientras, en restaurantes como Chung King, Hong Kong, Tong Fong, ubicados en el barrio chino, continuaron con la venta a domicilio y sólo para llevar, ante el desconocimiento de que podían abrir las puertas de sus establecimientos.
No sabíamos y menos que necesitamos un papel del IMSS, pero el verdadero problema que vamos a enfrentar es la pandemia de los chalecos verdes, los verificadores, que andarán buscando cualquier cosita para multarnos o clausurarnos
, señalaron algunos encargados.
En la Condesa, pasado el mediodía, Rosa María era la cuarta clienta en el Matisse Bistró, ubicado sobre la avenida Michoacán, aun cuando lo fuerte
en este restaurante son los desayunos, afirmó el encargado del lugar, Eduardo Ledo, quien comentó que no solían hacerlo, pero mantendrán el servicio a domicilio para completar los ingresos.
A unos pasos, en el Xel-há, de comida típica yucateca, no se escatimó en gastos para adecuar el restaurante a las nuevas disposiciones gubernamentales. Cumplimos con todo; ahora nada más nos falta la gente para que esto levante
, expresó la administradora, Aurora Ogando.
Pese a ser la segunda plaza cívica más visitada de la capital, el centro histórico de Coyoacán, donde aún permanecen las cintas amarillas que impiden el libre paso al parque Bicentenario, también lució vacío.
Algunos transeúntes que caminaban sobre las aceras, al recibir la invitación de meseros la rechazaban porque “persiste el temor a contraer Covid-19, comentó Ivonne Carrasco, quien sólo acudió a la plaza para observar la nueva normalidad
por la pandemia.
En el restaurante El Corazón del Maguey se hacían todos los preparativos para la reactivación en la zona abierta. Mientras en el otro extremo, en el Cabo Coyote ya todo estaba listo y esperaban a su primer cliente, que a las 11 de la mañana aún no llegaba.
No obstante, las esperanzas no se diluyen en los distintos corredores comerciales: Esperamos que esto repunte el fin de semana, están en juego muchos empleos
, comentaron.