Ciudad de México. Durante el atentado del viernes pasado en las Lomas de Chapultepec, el secretario de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México, Omar García Harfuch, repelió el ataque con un arma larga que llevaba en la camioneta blindada, el cual se prolongó cuatro o cinco minutos, indican las primeras indagatorias de la Fiscalía General de Justicia local.
De acuerdo con la línea de tiempo del ataque, llegó un cierto momento
que permitió al jefe de la policía y sus escoltas repeler la agresión desde dentro de la camioneta, al quedar vulnerado el parabrisas por los impactos calibre .50.
La investigación refiere que el jefe de la policía capitalina, quien viajaba en el asiento del copiloto, alcanzó a ver cómo llegó de su lado la camioneta de carga de 3.5 toneladas que le cerró el paso y que desde la caja los sicarios empezaron a disparar, por lo que saltó hacia la parte posterior del vehículo oficial.
La acusación que hizo García Harfuch en su cuenta de Twitter, de que junto con su equipo fueron “cobardemente atacados por el cártel Jalisco Nueva Generación”, aún no está asentada en la carpeta de investigación de la FGJ; tampoco está definido el móvil del atentado.
La camioneta negra blindada en la que viajaba García Harfuch quedó con impactos de balas calibres .50 en los cuatro costados, disparadas por armas Barret considerada como artificios de guerra, así como AR-15, calibre .223, .556 y .762, todas de uso exclusivo del Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea, de acuerdo con la carpeta de investigación.
En el costado del conductor se interpuso en sentido contrario una camioneta Chevrolet Suburban blanca; en la parte trasera otra del mismo modelo negra blindada, junto con otros dos vehículos compactos, desde donde dispararon los sicarios; asimismo, algunos de los agresores bajaron de la camioneta de carga y dispararon por el lado derecho de vehículo oficial.
Mientras ocurría la balacera, el subinspector Édgar G, de 47 años, escolta del funcionario que contaba con un historial de 12 años de servicio en el ámbito de la seguridad y quien pertenecía a la Policía de Investigación de la FGJ, fue quien pidió apoyo vía frecuencia de radio.
La indagatoria señala que antes de que llegaran los primeros 12 elementos policiacos a combatir el ataque armado, el jefe de la policía capitalina se dio cuenta de la muerte de Édgar G., así como de Rafael O. de 41 años, quien fue su jefe de escoltas cuando estuvo al frente de la Agencia de Investigación Criminal, de noviembre de 2016 a mayo de 2019.
Después se escucharon las sirenas de las patrullas con ocho elementos que llegaron para reforzar la defensa, lo que obligó a los sicarios a huir y se dispersaran, pero fueron detenidos en las inmediaciones del lugar por los primeros 12 policías que se presentaron y quienes ya rindieron su declaración. Hasta el momento no hay otros policías citados por la FGJ para que declaren sobre el caso.
Pero la FGJ cuenta con evidencias de las cámaras del Centro de Comando, Control, Cómputo, Comunicaciones y Contacto Ciudadano, de que los dos detenidos en la colonia Ampliación la Garita, en el municipio de Atlacomulco de Zúñiga, estado de México, Carlos David Roque y José María Contreras, realizaban vigilancia en las inmediaciones de la casa de García Harfuch días antes del atentado.
Según la carpeta, García Harfuch alcanzó a escuchar que algunos de los elementos policiacos que llegaron primero gritaban: ¡Jefe!, ¡jefe!, ¡jefe!
, porque no podían abrir la camioneta blindada, ya que tenía los seguros puestos.
Fue el propio jefe de la policía capitalina quien abrió la puerta, luego los policías lo ayudaron a bajar, lo resguardaron y trasladaron a una ambulancia de la Cruz Roja que ubicaron cerca del lugar de la agresión y que en la indagatoria se asienta que se constituyó no tanto en atención al llamado que se hizo de emergencia por los elementos de la SSC, sino que era una ambulancia que de manera fortuita
pasaba por el lugar.